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'Crónicas marcianas' revive en Bueu

Javier Sardá y Alessandro Lecquio comparten mesa y mantel junto a Carlos Mouriño y Alberto Núñez Feijóo

Carlos Mouriño, Manuel Bouzón, María Palacios, Alessandro Lecquio y Javier Sardá, ayer en el Peixoto.

Carlos Mouriño, Manuel Bouzón, María Palacios, Alessandro Lecquio y Javier Sardá, ayer en el Peixoto. / Alba Villar

Bueu

Fue el indiscutible dominador del share nocturno entre 1997 y 2005 y un programa innovador que, más allá de despertar filias y fobias por doquier, marcó un antes y un después en la televisión. Crónicas Marcianas revivió ayer en Bueu con la presencia de dos de sus rostros más reconocibles, el de su director y presentador, Javier Sardà, y de uno de sus fieles colaboradores, Alessandro Lecquio. Los dos compartieron mesa y mantel en el restaurante Peixoto, en Beluso, con el expresidente del Celta, Carlos Mouriño, y con el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, acompañados por sus respectivas esposas y por algunos amigos.

Colaboradores ambos de TardeAR, en Telecinco, Sardà esquiva con sentido del humor la pregunta de si volverán a tener un programa juntos. “¿Tú y yo?”, espeta al periodista con mirada traviesa. “A mí me encantaría”, sale al rescate Lecquio. “Que me llame y me diga que me necesita, para mí sería una fiesta. Es mi maestro. Es la persona que me enseñó todo lo que sé”, reconoce. “No, yo no te he enseñado nada, tú lo has aprendido”, devuelve el guante Sardà. “Lo he vampirizado”, sentencia el polifacético aristócrata con la aprobación de su antiguo director en Crónicas Marcianas.

Mouriño, Bouzón, Palacios, Lecquio y Sardá. Abajo, Núñez Feijóo saludando a su llegada al Peixoto.   | FOTO: ALBA VILLAR

Alberto Núñez Feijóo saludando a su llegada al Peixoto. / Alba Villar

El periodista catalán disfruta con su pareja de unos días de vacaciones en la residencia de Lecquio en Prado (Nigrán). No es su primera vez en Galicia, de donde guarda buenos recuerdos de cuando tenía un programa en la SER en A Coruña, “cuando era muy joven”. Sí está descubriendo ahora las Rías Baixas. “¡Qué me van a parecer! ¿Qué te parecen a ti? Pues eso”, dice alegre. La gastronomía es la parte que todavía le queda pendiente, señala Lecquio. “Eso hay que preguntárselo un poco más tarde”. En cuanto a sus preferencias culinarias , Lecquio duda inicialmente y María Palacios apunta que “depende del día”. Ostras y cigalas parecen ser, finalmente, los favoritos del colaborador televisivo. El regreso y huida posterior de Carles Puigdemont los ha cogido a ambos de vacaciones. Lecquio elude pronunciarse y Sardà deja claro que “si Sánchez apuesta por un proceso de amnistía, Puigdemont también debería ser amnistiado”.

Amable como siempre, el italiano ejerce de perfecto anfitrión. Lógico, juega en casa. Lo hace desde que coincidió en una competición de golf con Manuel Bouzón. “Queríamos ir a comer y él nos dijo, pues os venís a mi sitio”. Desde entonces han pasado 14 años y en cualquier periodo vacacional –principalmente Semana Santa y verano– no puede faltar.

Manuel Bouzón, Alessandro Lecquio, Javier Sardá y Carlos Mouriño con la costa de Beluso al fondo.

Manuel Bouzón, Alessandro Lecquio, Javier Sardà y Carlos Mouriño con la costa de Beluso al fondo. / Alba Villar

Un poco más tarde se incorpora a la mesa Carlos Mouriño con su mujer. El que fuera presidente del Celta reconoce que tras dejar el cargo “el fútbol se ve de forma diferente, aún sabiendo la responsabilidad que tiene Marián”. El inicio del cuadro celeste lo tiene contento. “Se disfruta mucho, y no solo como aficionado, sino también como padre”, manifiesta. La apuesta por la cantera es el eje compartido por padre e hija. “Era algo que ella defendía mucho, siempre lo vivimos en casa. Está empezando a dar continuidad a un proyecto”, afirma.

El curo de Bueu, de pie a la izquierda; Javier Sardá, Núñez Feijóo, Carlos Mouriño Alessandro Lequio y Manuel Bouzón

El curo de Bueu, de pie a la izquierda; Javier Sardá, Núñez Feijóo, Carlos Mouriño Alessandro Lequio y Manuel Bouzón / FdV

Lecquio y Feijóo, amistad desde hace cuatro años

Pese a que Mouriño ya es un habitual de estas comidas, el sentimiento celeste no se le ha contagiado al italiano. “No soy del Celta. Es un equipo que me cae simpático, pero soy de la Juve”, sentencia. Y saca el tifoso que lleva dentro para mostrar su alegría por esta temporada [los turineses han ganado sus dos primeros partidos de Liga]. “El equipo era horrible y han cambiado todo, hasta el entrenador, aunque yo creo que el entrenador en el fútbol es lo menos importante. O crees que a Messi le hacía falta para ganar el Mundial?”, subraya.

Faltaba el último comensal. Alberto Núñez Feijóo llegó poco después de las tres de la tarde junto a su mujer, Eva Cárdenas. Apurando sus últimos días de unas vacaciones en las que se ha dejado ver más por Bueu que por la Moaña donde reside. “Moaña es un lugar perfecto para descansar, con un paseo marítimo impresionante, pero Bueu tiene muy buenos restaurantes, tengo amigos personales y no hay que olvidar que también tengo aquí un ahijado”, afirma. Uno de esos amigos ya es Lecquio, al que conoció “hace tres o cuatro años, y me ha invitado hoy”. El tertuliano ya se había revelado el año pasado como “fan de Feijóo”. El dirigente popular inicia el curso político el sábado y lo afrontará “restablecido y con ganas” después de la intervención quirúrgica a la que fue sometido por un desprendimiento de retina.

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