Bueu reivindica al “pintor sin pinceles”, que tendrá una exposición antológica en Pontevedra

El Centro Social do Mar estrena hoy un documental sobre Otero Baena y en noviembre se inaugura una muestra antológica

Jose Otero Baena, en su casa en Bueu.  | // SANTOS ÁLVAREZ

Jose Otero Baena, en su casa en Bueu. | // SANTOS ÁLVAREZ

Marta Hernández

Bueu homenajea hoy a su alcalde artista: José Otero Baena, conocido popularmente como “Pepé”. Será con un acto en el Centro Social do Mar (a las 20.00 horas), en el que se proyectará el documental “Otero Baena. O pintor sen pinceis” y que incluirá una mesa redonda en la que participarán la conservadora del Museo de Pontevedra, Beatriz de San Ildefonso; los artistas Elena Bangueses y Antón Sobral, y la concejala de Cultura de Bueu, Carmen García.

El homenaje de hoy viene a raíz de la convocatoria del primer Certame Otero Baena para Artistas Noveis, que se celebró el año pasado y que tendrá carácter bienal. No será el único porque para el mes de noviembre se prevé inaugurar en el Museo de Pontevedra una exposición antológica sobre su obra, tal como avanza Beatriz San Ildefonso.

La convocatoria del concurso del año pasado sirvió para grabar el documental que se proyectará hoy. Beatriz San Ildefonso, al hablar sobre la obra y el estilo del artista, ya apunta el porqué del título. “Su estilo evoluciona sobre todo basado en el color, abandona pronto el pincel y utiliza la espátula. Le da muchísima importancia al pigmento, hasta tal punto que parece que la materia está modelada y no pintada”, explica la conservadora.

La formación artística de Otero Baena es fundamentalmente autodidacta –llegó a estar becado por la Diputación de Pontevedra en 1953 para irse a Madrid, pero tuvo que regresar debido a su trabajo– y se rodeó de una extensa biblioteca sobre arte, además de acudir a las principales salas de exposiciones de Vigo y Pontevedra y a las tertulias del Savoy y el Derby.

La temática de sus cuadros huye del costumbrismo y de la reproducción mimética de la realidad. Abundan los paisajes y las escenas vinculadas al mar, con embarcaciones tradicionales y artes de pesca. “Todo un patrimonio etnográfico que parecía condenado a desaparecer y del que quería que quedase constancia”, concluye San Ildefonso.

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