La San Silvestre de Cangas resurge con 1.123 corredores y dos toneladas de alimentos
La cita, que incluyó carrera y andaina, casi cuadriplicó la participación del año pasado
Bueu celebró su primera edición con cerca de 200 inscritos

Participantes en la carrera San Silvestre de Cangas. / Santos Álvarez
La décima edición de la San Silvestre de Cangas ha sido la de su resurgir después del obligado parón de la pandemia y de su regreso el año pasado. La cita lúdico-deportiva de final de año organizada por el Club Atletismo Morrazo reunió a un total de 1.123 corredores y sirvió para recoger en torno a las dos toneladas de alimentos, unas cifras que todavía no alcanzan las de 2019 pero que prácticamente multiplicaron por cuatro las del año pasado, cuando la prueba tuvo que celebrarse en Reyes tras la suspensión de la misma el día de Añoviejo por la lluvia.
“Esto ya vuelve a coger ritmo de San Silvestre”, reconocía ayer el presidente del club organizador, Pablo Gayo, con la vista puesta en las ediciones en las que la participación llegó a alcanzar los 1.600 dorsales. Con todo, lo mejor fue la parte solidaria, con un más que generoso botín en forma de viandas que se destinó al Comedor Social de Cangas. “Buena parte de la gente traía leche –tal y como se había solicitado por la organización–, y venía con packs de cuatro, por lo que las cantidades se multiplicaron”, señala. Los participantes se distribuyeron en la andaina de 3 kilómetros que transcurrió por todo el frente marítimo cangués, y por la carrera de 3,8 kilómetros con salida desde la plaza de abastos para enfilar hacia la rotonda del Mejillón, la avenida de Vigo hasta el cruce del Galas, desvío hasta el auditorio y por Reboredo y calle Noria hasta finalizar en el concello.

Momento previo a la salida de la San Silvestre de Bueu. / Santos Álvarez
El espíritu competitivo de otras citas similares no tiene plasmación en Cangas, donde más allá del tiempo y del puesto lo importante es divertirse y compartir la experiencia con amigos y familiares. Así, el grupo estaba formado por gente de todas las edades y condiciones físicas, muchos de ellos adornados con motivos navideños. Al término de la prueba no podía faltar la ya tradicional chocolatada, acompañada por dulces, y un sorteo donde el premio gordo era un jamón.

Algunos de los corredores en Cangas. / Santos Álvarez
Si Cangas puso las bases para recuperar el esplendor de esta prueba en época prepandémica, Bueu simplemente arrancó su segunda experiencia con la San Silvestre, de la mano del Club Galaicas. La iniciativa comenzó con una prueba para los más jóvenes con salida en el Centro Social do Mar, al que había quedar una vuelta, y continuó posteriormente con la carrera de mayores, con 3 kilómetros de recorrido con salida en el Centro Social do Mar para tomar por el muelle, dar la vuelta en las casetas de los marineros, Banda do Río y regresar al punto de partida. La participación no llegó a los 200 corredores entre ambas citas. “No está mal para una iniciativa que se acaba de poner en marcha, y con la competencia que hay en otros sitios”, afirma el concejal de Deportes de Bueu, Ricardo Verde. Al finalizar la carrera, los participantes compartieron un chocolate caliente y un brindis, además de disfrutar también de un sorteo de regalos.
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