Entrevista | Agustín Iglesias Director de Teatro Guirigai
Agustín Iglesias: “‘Libro del Buen Amor’ enseña a reírnos de la intolerancia y revindica el gozo vital”
Guirigai regresa a Cangas después de 25 años con la famosa obra del Arcipreste de Hita

El director teatral y miembro fundador de Teatro Guirigai, Agustín Iglesias. | // BERNARDO CRUZ / David garcía
La XL Mostra de Teatro recibe hoy a una de las compañías históricas de la escena teatral en España: Teatro Guirigai, formada en 1979. Desde el año 2006 tiene su sede en Los Santos de Maimona (Badajoz), donde reconvirtió un antiguo supermercado en una sala de teatro y espacio de trabajo. Hoy en Cangas presentará un espectáculo de calle titulado “Camino al paraíso” (22.30 h en el Eirado do Costal) y mañana representará en el Auditorio su adaptación del “Libro del Buen Amor” del Arcipreste de Hita. Ambas producciones están dirigidas por Agustín Iglesias, miembro fundador de Teatro Guirigai.
–La Mostra de Teatro de Cangas cumple en esta edición 40 años y su compañía ya llega a los 44. ¿Qué significa para ustedes la invitación para actuar, en Cangas, además por partida doble?
–Participar en la Mostra de Cangas es un enorme orgullo, si además te invitan con dos espectáculos, la satisfacción se duplica. Cangas y O Morrazo están muy ligados a Guirigai por cuestiones familiares. Participamos hace más de 25 años con un espectáculo de calle, “Enésimo viaje a El Dorado”. Volver ahora con “Camino del Paraíso”, que se presenta por primera vez en Galicia, y con “Libro de Buen Amor” nos alegra porque es una forma de reconocimiento a nuestra trayectoria artística por parte de la Mostra.

Una representación de “Libro de Buen Amor”, que se presenta mañana en el Auditorio. | // BERNARDO CRUZ / David garcía
–El espectáculo de sala que presentan es precisamente “Libro del Buen Amor”, basado en la obra del Arcipreste de Hita. ¿Cómo se plantearon la adaptación?
–Nuestro “Libro de Buen Amor” es una versión teatral fiel al original, se nutre de sus versos buscando llegar al corazón de un texto medieval que tiene mucho que decir a los espectadores del siglo XXI. Es uno de los libros fundamentales de la literatura europea. Asombra por su vigencia y contemporaneidad narrativa y temática. Habla de las artes de la seducción, del poder del dinero, de los deseos, de la convivencia entre diferentes culturas en la Hispania medieval. Pero la obra del Arcipreste no es un texto teatral, ni tan siquiera una novela, sino un compendio de muchos géneros, agrupados siguiendo la trama de una ficticia autobiografía. Hacer una versión teatral supone sintetizar, reducir versos, concretar líneas dramáticas y, sobre todo, seleccionar puntos de vista. Nosotros elegimos un punto de vista plural, el de la Comparsa del Arcipreste, compuesta por tres juglaresas y dos juglares, mujeres y hombres de diferentes culturas y oficios que se agrupan en torno al Arcipreste para gozar de la vida.
–Don Amor y doña Venus, don Melón y doña Endrina o el combate entre don Carnal y doña Cuaresma, la Trotaconventos… forman parte de los momentos más reconocibles del libro. ¿Cómo fue el proceso para llevarlos a las tablas?
–Divertido y muy vital. El equipo de actrices y actores de Guirigai llevamos trabajando juntos muchos años. Para un trabajo así se necesita mucha técnica y, sobre todo, mucha capacidad de juego e improvisación. Introducirnos en el mundo de una comunidad libre, como era la juglaría, con hombre y mujeres que manejan oficios varios: recitan, cantan, danzan, esculpen la piedra, pintan muros, rezan y se divierten fue muy gratificante. Fue una experiencia intensa y muy colectiva, donde un creador tan brillante como Marcelino de Santiago, Kukas, supo aportar todo su talento artístico para elaborar la plasticidad del espectáculo.
Los primeros versos del texto dicen: “Aristóteles dijo, y es cosa verdadera, / que el hombre por dos cosas trabaja, la primera, / por el sustentamiento, y la segunda era / por conseguir unión con hembra placentera”.
–En su puesta en escena la música juega un papel fundamental y contaron con la colaboración de integrantes de Nuevo Mester de Juglaría.
–Fernando Ortiz uno de los fundadores del Nuevo Mester, es amigo y colaborador de Guirigai desde hace muchos años. Hemos trabajado juntos en muchas ocasiones, sus trabajos sobre la música popular se complementan muy bien con nuestra visión de los clásicos. Compuso la música para nuestra versión de “La Celestina”, “El deleitoso de Lope de Rueda”. Nos conocemos muy bien y ambos llevábamos años con ganas de hincarle el diente a “Libro de Buen Amor.” ¡Y lo conseguimos!
–¿Cuál es el papel de la mujer en esta nueva mirada sobre la obra del Arcipreste de Hita?
–Básicamente de igualdad. Asombra, pero es cierto. El medievo y la España medieval eran mucho más diversos, plurales, igualitarios generosos y sangrientos de lo que nos imaginamos. Para empezar, no hay que ver tres religiones, sino una pluralidad de interpretaciones religiosas, que se traducen en sectas, monasterios, comunidades, herejías que se dan en los tres mundos religiosos. La mujer en “Libro de Buen Amor” es independiente y tiene espacios propios y libres, sortea al poder patriarcal y a la Iglesia, sea en monasterios, comunidades de mujeres o de oficios artísticos. Evidentemente sin idealizar un mundo brutal de continuas guerras y de castas guerreras, religiosas y feudales

Otra escena de la adaptación de "Libro de Buen Amor", de Teatro Guirigai / Bernardo Cruz
–De alguna manera el hecho de que este texto se lleve a escena casi 700 años después de ser escrito viene a ser una demostración de que el amor, el sexo, la picardía y el desafío a las convenciones y orden establecido nunca pasan de moda.
–Así es, nuestra especie no ha cambiado tanto. Ya lo dicen los primeros versos del texto: “Aristóteles dijo, y es cosa verdadera, / que el hombre por dos cosas trabaja, la primera, / por el sustentamiento, y la segunda era / por conseguir unión con hembra placentera”.
Alguien tan vividor y vitalista como Juan Ruiz, sin duda, en la actualidad ampliaría sus aventuras y escarceos amorosos, abierto a una sexualidad libre sin diferencias de género
–Los estudiosos de la literatura difieren sobre la intencionalidad del Arcipreste de Hita. Hay quien defiende que era moralista y didáctico, mientras que otros lo vinculan más con la literatura goliardesca y apuntan a un carácter más cínico y muy poco piadoso. ¿Hacia dónde apuntan ustedes con su puesta en escena del texto?
–Creo sinceramente que todo ello está en el mundo goliardesco y juglaresco del Arcipreste: moralidad, didáctica, crítica a los poderes de la Iglesia y gozo por el cuerpo y los placeres de la vida están entrelazados en “Libro de Buen Amor” sin ninguna contradicción. Las diferencias entre lo goliárdico y lo juglaresco son más académicas que reales, ambos mundos convivían en monasterios, universidades y ciudades. No hay más que hacerse una ruta por el maravilloso románico palentino o admirar los motivos eróticos que impregnan los muros de piedra de San Pedro de Cervatos, en Reinosa, para entender este mundo.
–Si el Arcipreste de Hita viviese en nuestros días, con las formas tan diversas del amor –a pesar de que haya quien siga viviendo en el medievo debido a su intolerancia–, ¿cómo cree que escribiría su “Libro del buen amor” y viviría el amor?
–Alguien tan vividor y vitalista como Juan Ruiz, sin duda, en la actualidad ampliaría sus aventuras y escarceos amorosos, abierto a una sexualidad libre sin diferencias de género. “Libro de Buen Amor” es una de las más hermosas herencias culturales que recibimos del pasado que enseñan a reírse de las intolerancias de todo tipo y reivindicar la plenitud del gozo vital. “Libro de Buen Amor” es un manantial inagotable cuyas aguas alimentan obras tan diversas como la literatura de Juan Goytisolo, el cine de Passolini, Fellini o del mismo Almodóvar.
–Por cierto, ¿cuál es el secreto para llegar y superar los 40 años en el teatro, tal como han conseguido ustedes y esta Mostra de Cangas?
–El secreto es tesón, trabajo, suerte y mucha salud. Pero sobre todo, tener la convicción de que la creación teatral es colectiva, solo se puede nutrir del mundo en el que vives, y hay compartirla con tu comunidad y territorio desde las máximas exigencias artísticas y profesionales.

Una función de “Camino al paraíso”. | // BERNARDO CRUZ / David garcía
Teatro Guirigai presenta hoy en el Eirado do Costal “Camino al paraíso”, que se pone escena por primera vez en Galicia. Los personajes son el fraile Panurgo, que llega al pueblo para cocinar su “Caldereta del peregrino” y a cambio pide limosnas, carne y buen vino a cambio de indulgencias y un buen sitio en el paraíso; el médico Monipodio con coplas satíricas y pócimas salvadoras, instrumentos de cirugía y secretos para aliviar todo tipo de males; y la perfumista Inés de los Vivos, una maga en la fabricación de aceites, tintes, cremas y maestra de la seducción.
La representación será a partir de las 22.30 horas.
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