Los trabajos de investigación dentro del proyecto “Sentinela” para predecir las consecuencias del cambio climático y del aumento del nivel del mar en las Illas Atlánticas han comenzado por la isla de Ons. En esta primera fase los investigadores recorrieron varias de las “furnas” o cuevas marinas del archipiélago de Bueu. El objetivo es recoger restos y sedimentos que permitan crear un modelo para predecir cómo será el incremento del nivel del mar. Esta primera incursión ha resultado “positiva y fructífera”, tal como señalan los científicos, que han recopilado datos que pueden aportar luz sobre el pasado de Ons, cuando todavía no era un archipiélago.
En esta investigación participan la Universidade de Vigo (UVigo), a través del Grupo de Estudos de Arqueoloxía, Antigüidade e Territorio (GEATT), y la Universidade de A Coruña (UDC), a través del Instituto Universitario de Xeoloxía Isidro Parga Pondal, dirigido por Jorge Sanjurjo. Hace unos días los investigadores, con la colaboración del Club Espeleolóxico Cetra, con sede en Vigo, estuvieron en varias de las “furnas” de Ons, como Coveliño (cerca del mirador de Fedorentos, en la parte sureste) y Galilleiro y Corneche, situadas en la zona norte (en el entorno de la playa de Melide).
“En dos las cuevas encontramos antiguas playas marinas de cantos, que están por encima del nivel actual del mar. Esto significa que hace miles de años el mar ya llegaba hasta ahí”, explica Jorge Sanjurjo. Uno de los datos más interesantes lo aportan los niveles de sedimentos marinos, que se sitúan a una altura de entre 5 y 6 metros por encima de la cota máxima que alcanza hoy en día el medio marino en estas “furnas”. Unas cuevas que, en contra de lo que se podría pensar, no son de origen marino, sino continental.
Los investigadores explican que hay certezas de que lo que hoy son islas no siempre lo fueron. Por ejemplo, hace más de 15.000 años el nivel del mar estaba 140 metros por debajo del actual. Así lo que actualmente es la ría de Vigo era un inmenso valle fluvial lleno de bosques y se estima que la costa se situaba más allá de lo que hoy son las Cíes. El planeta estaba saliendo de una época de glaciación y se estaba empezando a calentar, lo que provocó un ascenso en el nivel del mar.
La incógnita que intenta resolver este equipo multidisciplinar de las universidades de Vigo y A Coruña es saber cuándo Cíes y Ons se separaron del continente. “Existen evidencias de que hace más de 10.000 años estaban unidas a tierra firme, pero es posible que esa unión se prolongase hasta hace 2.000 o 3.000 años”, apunta Jorge Sanjurjo. Una cronología que puede indicar que hasta poco antes de la romanización Ons no era una isla o estaba situada mucho más cerca de la costa. “Es algo que en el caso de Sálvora se aprecia muy bien porque desde el puerto de Aguiño hasta la isla hay muy poca profundidad, es un fondo de rocas con arena por encima. En Cíes y Ons hay más profundidad y por eso queremos contrastar los datos y resolver la duda”, explica Jorge Sanjurjo. Esa hipotética proximidad al continente podría ayudar a entender la presencia de los restos romanos en Ons, como las antiguas salazones de Canexol.
El trabajo que desarrollan los investigadores de las dos universidades pretende desarrollar un modelo que permita predecir cómo y cuándo se producirá el avance de la erosión marina para adoptar medidas para proteger los yacimientos arqueológicos amenazados por la subida del nivel del mar.
Esta primera toma de muestras en las cuevas marinas de Ons se prolongó durante tres días y los investigadores contaron con la imprescindible ayuda del personal del Parque Nacional Illas Atlánticas. El acceso se realizó por tierra y fue necesario bajar por zonas cubiertas de vegetación y por cantiles portando material pesado. “Son espacios que se inundan y hay que entrar aprovechando la bajamar. No se puede acceder con una lancha por mar debido a que hay poca profundidad y rocas”, concluyen.

Volverán en septiembre, una vez que finalice el periodo de cría de las aves que anidan en el archipiélago
La primera parte de este trabajo de campo se centro en las “furnas” de Coveliño, Galilleiro y Corneche, pero los investigadores tienen pensado volver después del verano. El acceso por tierra a estos espacios ahora mismo está condicionado por la temporada de puesta y cría de las aves que anidan en el Parque Nacional Illas Atlánticas, que abarca desde mayo hasta septiembre.
La intención es regresar a partir de esa fecha, cuando finaliza también la temporada alta de visitas al parque nacional, para explorar las “furnas” de la zona noroeste de Ons, que son las más expuestas al mar. Los espacios en los que estuvieron en esta primera fase los investigadores son cuevas relativamente pequeñas, de entre 50 y 60 metros de longitud y horizontales, aunque en algunos tramos tienen galerías “colgadas”.
El equipo que estuvo en la isla de Ons contó con la presencia de Jorge Sanjurjo, Juan Ramón Vidal Romaní, Aurora Grandal D’Anglade y Carlos Arce Chamorro, del Instituto Universitario de Xeoloxía Isidro Parga Pondal de la UDC; Marcos Vaqueiro Rodríguez, Reinaldo Costas Vázquez y David Costas Suárez, del Club Espeleolóxico Cetra (al que también pertenecen los investigadores de la UDC); y el arqueólogo y director del GEATT de la UVigo, Adolfo Fernández.