El Cruceiro de Sabaceda recupera su color del siglo XIX tras cinco meses de restauración

El restaurador concluye el trabajo en el taller para devolver el aspecto original a la pieza | Es la única obra del estilo policromada en todo Moaña y se había desmontado en septiembre

El Cristo recuperó su tonalidad original. |   FDV

El Cristo recuperó su tonalidad original. | FDV / Fran G. Sas

El Cruceiro de Sabaceda, que data del siglo XIX, recuperó su vistosa policromía original y lo hizo después de cinco meses trabajos de restauración tras el desmontaje de la pieza en septiembre de 2022. Vuelve a ser el único cruceiro policromado de todo Moaña. A la espera de su instalación de nuevo en su ubicación original, cuya base con escaleras se está restaurando, ya es posible ver el color recuperado en el taller del restaurador Enrique Velasco, de Campolameiro, que fue el que obtuvo una actuación adjudicada por el Concello por 15.000 euros, según explica el concejal de Cultura, el socialista Carlos Juncal.

El capitel representa un colorido ángel. |   // FDV

El capitel representa un colorido ángel. | FDV / Fran G. Sas

“Recuperamos un color de hace unos 200 años y para ello fue necesario actuar milímetro a milímetro. Fue una tarea muy complicada, por eso se prolongó durante cinco meses”, explica Juncal. La actuación había sido pedida por los vecinos con apoyo del edil Javier Carro.

Carlos Juncal, durante el desmontaje de la pieza. |   // FDV

Carlos Juncal, durante el desmontaje de la pieza. | FDV / Fran G. Sas

Antes del desmontaje se había encargado un estudio de la policromía que concluyó que era factible recuperar su estado original. En las imágenes se aprecia el color carne, del Cristo, la madera y el detalle de la sangre.

Los últimos retoques en el pedestal con escaleras.

Los últimos retoques en el pedestal con escaleras. / Fran G. Sas

La pieza representa una crucifixión de Jesucristo en su parte frontal y una Virgen Dolorosa en el reverso. La descripción del inventario de bienes del Concello relata la pieza de la siguiente forma:

“Tiene seis escaleras de piedra que dan a dos frentes. El pedestal es cuadrangular de aristas rebajadas; el fuste, de cuatro metros de altura, octogonal liso; el capitel es muy complicado: motivos vegetales, volutas en las esquinas y angelitos entre ellas. La cruz es de sección casi circular, queriendo parecer un madero con nudos. La parte de delante contiene a Cristo Crucificado, con tres clavos; pie derecho sobre el izquierdo, rodillas flexionadas; costillas y músculos muy marcados. Cabeza caída con corona, pelo y barba; expresión moribunda. En la parte posterior está la Virgen Dolorosa con grandes y flojos mantos, cabeza cubierta con corona, expresión triste, brazos cogidos por delante, cruzándosele los dedos. Tiene el corazón fuera con una flecha clavada”.

Su construcción fue ordenada por una promesa de curación

La importancia de este cruceiro, ubicado en un cruce de caminos cerca de la carretera general entre Moaña y Marín (PO-313) radica en su talla de piedra de origen granítico policromada, labrada a mano. Es una de las pocas piezas de estas características que se pueden encontrar en la zona.

El investigador y cronista oficial de Moaña, Manuel Uxío García Barreiro, había realizado un trabajo sobre su construcción, en un terreno de la familia Freire. Se mandó construir a finales del siglo XIX por una promesa para que un hijo se curase de una dolencia.

Suscríbete para seguir leyendo