No estaban todos los que son, pero sí que son todos los que estaban. Antiguos alumnos de la escuela unitaria de Balea, en la que impartía clase el maestro don Armindo Rodríguez Franco, celebraron ayer su primera reunión de confraternidad. Un encuentro para recordar aquellos tiempos en los que compartían clase, juegos y hasta una mezcla de miedo y respeto a un maestro de la vieja escuela. Un profesor al que precedía el sonido de su Lambretta y que hacía entrar de rodillas, desde la puerta hasta su mesa, a todo aquel que llegase tarde.
Esta primera reunión de confraternidad se celebró en el Hotel Las Vegas, no muy lejos de donde estaba aquella unitaria. Revivieron aquellas vivencias con su “odiado cabestro” y dejaron constancia fotográfica del encuentro, tanto a través de un “photocall” como con una fotografía oficial de grupo.