Comienzan las obras del primer edificio de nueva vivienda colectiva en Cangas desde 2008

Mientras el casco vello de Cangas es un bullicio de reparación de viejos inmuebles todos para el mismo fin: viviendas turísticas, ayer comenzaron las obras de uno de los pocos edificios de vivienda colectiva que se construyen en Cangas, concretamente en la esquina de Concepción Arenal, frente a la playa de Rodeira. Con su oferta se pretende cumplimentar la alta demanda de pisos que hay entre los vecinos de la villa; muchos tuvieron que trasladarse a ayuntamientos limítrofes para conseguir una vivienda que en Cangas era imposible. No se trata de una cuestión de dinero ya, ni tan siquiera de lo alto que se pusieron las hipotecas, con tipos de crédito imposibles, sino porque la construcción de vivienda colectiva lleva prácticamente paralizada desde la crisis de 2008.

El mencionado edificio albergará 15 viviendas con dos plantas de sótano, 1 planta baja y cuatro plantas y planta bajo cubierta, con un plazo de ejecución de 36 meses. El edificio tendrá jardín y piscina comunitaria. La inmobiliaria Amigo también tiene en marcha la concesión de licencia municipal para un solar ubicado en la esquina de la avenida Castroviejo. Entre los dos edificios, la inversión alcanza los 4 millones de euros. Al poco de instalar la inmobiliaria Amigo el cartel promocional, ya hace más de un par de años, el interés de los cangueses se hizo patente muy pronto.

Ahora mismo, según la constructora, tiene el 70% de los pisos vendidos y si bien, en el mes de octubre del pasado año se aseguraba que la mayoría de los pisos habían sido vendidos a personas de Vigo, Lugo y Madrid, ahora ya se asegura que hay mucha gente de Cangas interesada en la compra. De hecho, están convencidos de que a medida de que se vaya desarrollando la construcción, el interés por estas viviendas por parte de los compradores locales será mayor. Se hace mención a su inmejorable situación: muy próxima al centro de la villa y frente a la playa de Rodeira. Los primeros compradores son personas que buscaban una segunda residencia, de todo tipo de edad. Los pisos del inmueble que comenzó ayer a construirse son de dos y tres dormitorios y el precio es a partir de 180.000 euros, con acabados de primera calidad, según la empresa. Son precios altos y más si se tienen en cuenta los altos intereses a los que están ahora mismo las hipotecas.

Hasta ayer, el único edificio que se construía en Cangas de viviendas colectivas era el situado entre las calles Méndez Núñez y avenida de Marín. Que era singular porque su construcción se debió a un acuerdo plenario que mediante un pago al Concello se consiguió una mayor edificabilidad. Son pisos que se van a poner en el mercado en régimen de alquiler, proablemente y que la mayoría de destinará a oficinas.

Como lo fue también la licencia para la construcción del edificio de Vilariño, que tanto dio que hablar. Comenzaron los trabajos el pasado año, con gran polémica, porque la Asociación de Vecinos de Pedra Amarrada intentaron paralizarlo de varias maneras. Primero denunciado que existía peligro para las viviendas por el uso de una maquinaria que se utilizaba para colocar los pivotes y después enviando escritos al Concello. Hay que recordar que la concesión de la licencia dividió al gobierno de ACE, al votar la hoy concejala no adscrita Aurora Prieto a favor de la licencia, mientras que sus compañeros de partido lo hicieron en contra. El PSOE también había votado a favor de la licencia, ya que en ese momento formaba parte del gobierno. En el mandato anterior, la empresa constructora denunció por prevaricación a la junta de gobierno que la denegaba.

Precios fuera del mercado en el bum de los pisos turísticos que inunda el casco vello

Entre los años 2017 y 2018 comenzó un bum inmobiliario en el casco vello de Cangas. Ahora mismo los precios están totalmente fuera del mercado, comprando ruinas que ponen a temblar al sector. Prácticamente la mayoría de las rehabilitaciones que se realizan hoy en día están destinadas a viviendas de uso turístico. Es el boom de este tipo de viviendas que deja al Casco Vello prácticamente sin habitantes permanentes. Los cangueses se abonan a este nuevo negocio que trae rentabilidad y ayuda, también, a recuperar el casco vello de Cangas, donde muchas casas amenazaban con caer y en otras ocasiones los tejados habían sido derrotados por las inclemencias del techo y el paso del tiempo. Aún se pueden ver casas precintadas y con expedientes de ruina abiertos por el Concello de Cangas. Después del PERI, ésta es la segunda revolución del casco vello o casco histórico de Cangas. El turismo ayuda a mantenerlo, aunque sea a un precio elevado.

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