El Concello negocia la última cesión para abrir un acceso al castro de Montealegre

El bipartito lleva un año tratando de lograr los terrenos para acceder al yacimiento excavado por la Xunta | Es el requisito para que el bipartito acepte asumir el poblado

Varias de las estructuras de vivienda excavadas en el castro. | GONZALO NÚÑEZ

Varias de las estructuras de vivienda excavadas en el castro. | GONZALO NÚÑEZ / Fran G. Sas

Moaña

Casi tres años han pasado ya desde que la Xunta haya concluido las excavaciones arqueológicas del yacimiento castreño de Montealegre, en la parroquia moañesa de Domaio, con el objetivo de que el poblado datado entre los siglos I a.C y I d.C. pueda ser visitado y sirva a los vecinos y turistas como ejemplo de la vida en la Galicia de hace dos milenios. Sin embargo, la excavación se realizó sin contar con unos accesos claros y el ofrecimiento al Concello para que asuma la gestión está pendiente de resolver ese problema. Mientras, la maleza lleva años ganando terreno a la estructuras excavadas y señalizadas con paneles informativos.

La alcaldesa, Leticia Santos, explica que, tras dialogar con los comuneros de Domaio, llevan un año negociando con el resto de propietarios de terrenos particulares en la zona para poder habilitar un acceso y todavía tienen pendiente de resolver una cesión para poder analizar la forma de acceder de forma legal al yacimiento. En estos momentos el paso está cortado y es necesario atravesar la explanada del mirador de A Fontenla, de titularidad comunal.

La Consellería de Infraestruturas confirmaba ayer que todavía no contaba con el sí del Concello para recibir el yacimiento y la alcaldesa mantiene que no pueden hacerse cargo del castro hasta no contar con un acceso claro que le permita acometer las tareas de mantenimiento y puesta en valor.

El yacimiento fue salvado y excavado después de que numerosos vecinos de todo Moaña iniciasen unas protestas durante los trabajos de desdoblamiento del antiguo Corredor do Morrazo y su conversión en autovía. Aquellas movilizaciones acabaron sumando a todos los grupos políticos de la corporación que aprobaron una moción pidiendo al ejecutivo gallego una solución para evitar daños al bien, que había sido excavado en dos áreas para su estudio y catalogación.

Finalmente, y después de meses de estudios detallados, la Consellería de Infraestruturas optó por una pionera ampliación desde el interior del túnel de Montealegre, en vez de construir un segundo túnel. Esto requirió varios meses de cierre del Corredor llevando a los conductores a atravesar toda la carretera general PO-551 para conectar Moaña y Cangas con Vigo.

En suma, el esfuerzo para salvar el castro fue colectivo, al implicar de una forma u otra a casi todos los vecinos de O Morrazo, de ahí que la propia asociación de vecinos de Domaio, Monte Faro, requiriese en varias ocasiones que se actúe para evitar que la maleza acabe por sepultar de nuevo el poblado.

Una vez resuelto el problema del túnel la Xunta financió unas excavaciones y la estabilización de las estructuras castreñas. Además, se limpiaron y señalizaron con la pertinente información los petroglifos mucho más antiguos que existían en el entorno. También se habilitó una entrada con escaleras y un sendero para salvar la complicada orografía del monte.

En Montealegre se identificaron varios elementos de gran valor histórico como un empedrado de entrada al poblado o varias esculturas de piedra.

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