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Marta Rial Vidal Afectada de fibromialgia y autora de “Dominando el dolor”

“Con un brote severo de fibromialgia me paso tres días en la cama y sin apenas comer”

Presenta este miércoles en Moaña su segunda novela con la experiencia sobre la enfermedad

Marta Rial, ayer, en Cangas, con su nueva novela “Dominando el dolor”. | // FDV

En 2018 le diagnosticaron fibromialgia, un síndrome que causa dolores generalizados y un agotamiento profundo, además de una variedad de otros síntomas acompañantes. Con sólo 27 años, Marta Rial, moañesa afincada en Cangas,lleva una vida esclavizada por esta dolencia que empezó con ansiedad, depresión y mucho cansancio. Este miércoles, a las 20:00 horas, presenta en el salón de plenos de Moaña su segunda novela “Dominando el dolor”, en la que narra también su experiencia con la fibromialgia, después de su primera publicación romántica-erótica “Éxito conseguido”.

–¿Cuándo le diagnosticaron la fibromialgia?

–El 12 de enero del 2018. Ya en diciembre del 2017 verbalizaba los síntomas propios de la enfermedad.

–¿Con qué síntomas empezó?

–Ansiedad, depresión, cansancio generalizado, trastorno del sueño y dolor músculoesquelético generalizado. No obstante, debo reconocer que el diagnóstico definitivo no me pilló por sorpresa. Aunque me lo dieron tras prácticamente dos años deambulando de médico en médico y tras muchos reajustes en la medicación, desde pequeña siempre he padecido muchos problemas de salud. Por aquel entonces, recuerdo como ningún médico encontraba explicación alguna, tan sólo me suministraban durante 4 horas calmantes en vena y esperaban a que me bajase la fiebre antes de enviarme a casa cada vez que acudía a urgencias (que no eran pocas precisamente).

–¿Qué le impide hacer la enfermedad?

–Llevar una vida normal y propia de una joven menor de 30 años ya que me afecta en las tareas cotidianas. Todos los días suelo despertarme y levantarme de cama cansada ya que apenas he conseguido dormir y descansar de noche debido al trastorno del sueño que padezco y a las constantes pesadillas que me atormentan. Igualmente, también me he visto obligada a organizar minuciosamente las comidas semanales, dejando los platos precocinados para aquellos días en los que peor me encuentro. Debido a mi medicación actual hace años que no tomo ni una sola gota de alcohol y en caso de que quiera disfrutar de una noche de un sábado, por ejemplo, debo descansar toda la tarde previa y el domingo guardar reposo. En las ocasiones en los que los brotes son más severos y me veo obligada a tomar medicación extra, me paso 3 días enteros metidos en cama durmiendo y sin apenas comer nada.

–¿Fue un largo camino hasta hoy?

–El camino hasta hoy ha sido muy largo, muy difícil y muy doloroso. He pasado por todas las etapas propias de una enfermedad, llegando finalmente a la aceptación y a la resignación. Durante mucho tiempo me negué a aceptar mi cruda realidad y me odiaba a mí misma por lo que la vida me había deparado. Constantemente me martirizaba repitiéndome mentalmente: ¿por qué a mí? No obstante, finalmente me he aceptado tanto física como psicológicamente. Aunque la enfermedad me impide llevar una vida normal, he introducido ciertos hábitos y rutinas en mi día a día que me posibilitan mucho disfrutar de mi vida.

–¿Cómo se plantea el futuro?

–A día de hoy no me planteo ningún futuro a largo plazo. A corto y a medio espero proseguir con mi trayectoria como escritora. El futuro es incierto y soy totalmente consciente de que tendría que estudiar de nuevo algo distinto a lo de antaño para poder trabajar de manera online; no obstante, me encantaría conseguir un teletrabajo. Muchas veces estoy mal y necesito tumbarme o en cama o en el sofá, pero podría trabajar perfectamente con un portátil ya que realmente lo que me duele es el cuerpo, pero mi mente funciona perfectamente.

–¿Encuentra en la escritura un refugio?

–Pues sí. Tal y como narro en la novela, durante mucho tiempo me sentí vacía, apagada y sin ganar de vivir, desencadenado inevitablemente mi intento de suicidio. La escritura me ha encantado desde pequeña, no obstante, el hecho de haber publicado dos libros me llena de orgullo y de satisfacción personal. Aunque sé que es complicado ganarse la vida siendo escritora, el hecho de publicar mis novelas me hace sentir realizada y plena, siento que hago algo productivo y que aporto mi granito de arena culturalmente. Igualmente, tal y como también pongo en la dedicatoria de este libro, lo que también busco es ayudar tanto a los enfermos de fibromialgia como a su entorno narrando mis propias vivencias y con mis humildes consejos.

–¿Qué es “Dominando el dolor”?

–El título de esta novela conlleva una explicación. Tras 5 años de sufrimiento diario y un brutal dolor emocional, finalmente conseguí alcanzar la paz y la armonía que tanto necesitaba y que había perdido. Aunque el dolor no ha desaparecido y sigue presente en mi vida y en mi día a día, reconozco que no gobierna mi vida como sí que sucedía antaño. Durante muchos años la fibromialgia me caracterizaba, dejando de lado a Marta: sus sueños, sus proyectos de futuro, sus ansias por comerse el mundo… A día de hoy la fibromialgia simplemente es un complemento con el que para mí desgracia debo convivir hasta la tumba. No me permito a mí misma doblegarme ante ella, he retomado el rumbo de mi vida y me he apropiado nuevamente del timón. Aunque hay días que me mortifica más que otros, día tras día lucho contra ella, consiguiendo dominarla lo máximo posible e impidiéndole que gobierne mi vida.

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