Pocos clientes y menos bolsas en el mercadillo de Bueu

Los ambulantes lamentan el escaso ambiente en la feria extraordinaria. “Los festivos ya no nos compensan”, aseguran

Paseantes en el entorno del mercadillo de Bueu, en la calle Montero Ríos.   | // GONZALO NÚÑEZ

Paseantes en el entorno del mercadillo de Bueu, en la calle Montero Ríos. | // GONZALO NÚÑEZ / César Collarte

La lluvia que hizo acto de presencia puntualmente y el escaso público deslucieron el mercadillo extraordinario que ayer acogió Bueu coincidiendo con la festividad de la Inmaculada. Los puestos que se desplegaron en la calle Montero Ríos a lo largo del entorno de la plaza de abastos y del aparcamiento del Centro Social do Mar desde primera hora de la mañana recibieron menos visitas de la esperadas en una jornada que los comerciantes calificaban de decepcionante. Una tendencia que apuntaban, ya se había marcado esta misma semana en Cangas.

Pocos paseantes y aún menos bolsas en sus manos. Ese podría ser el resumen del mercadillo extraordinario que ayer celebró Bueu con una respuesta más bien tímida de los clientes. Y es que la festividad y los puentes de la semana, lejos de incrementar la afluencia de personas, provocaron el efecto contrario ante la indisimulada decepción de los comerciantes, que habían solicitado la celebración de este mercadillo a mayores de los dos extraordinarios que recoge el actual reglamento municipal.

Paseantes en el entorno del mercadillo de Bueu, en la calle Montero Ríos.   | // GONZALO NÚÑEZ

Paseantes en el entorno del mercadillo de Bueu, en la calle Montero Ríos. | // GONZALO NÚÑEZ / César Collarte

“Los festivos no valen para nada. Ya no nos compensan. No había prácticamente gente y las ventas se acercan más al casi nada que al algo”, señala la presidenta de la Asociación de Ambulantes do Morrazo, María del Carmen Vieitez. En una mañana en la que el tiempo tampoco invitaba al paseo –aunque luego la lluvia respetó– el ambiente era bastante frío. Contrariamente a otras fechas la presencia de turistas o visitantes de otras zonas fue nula, y “únicamente estaban clientes habituales, los vecinos de aquí”, señala Vieitez, que apunta también como causa de la escasa asistencia el hecho de que no hubiese algún otro “motor” para animar a los vecinos a acudir al centro de Bueu. “Los supermercados estaban cerrados y también algunas cafeterías, así que no había ese tirón”, manifiesta con cierta resignación.

Cambio de tendencias

Con todo, la lectura va más allá y Vieitez apunta a un cambio de tendencias que afecta directamente a modelos de negocio como los mercadillos. “Los tiempos han cambiado, y mucha gente ya compra de otra forma, por internet”, dice. Y la situación económica general tampoco ayuda, con el incremento de los precios. “Mucha gente vive al día y ya no hay esa alegría de comprar y gastar”, sentencia.

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