Carro denuncia que las obras del pabellón de Reibón impiden el acceso en silla de ruedas

El edil de XM dice que las puertas a pasillos y baños y el paso de la grada no tienen el ancho legal

Midiendo la puerta de entrada al pabellón de Reibón.

Midiendo la puerta de entrada al pabellón de Reibón. / Fdv

Las obras de mejora del pabellón de Reibón en Moaña no paran de dar disgustos al gobierno local. Al hecho de que se haya tenido que abrir sin poder hacer uso de las gradas,se suma ahora las críticas del concejal independiente de XM, Javier Carro, porque las puertas y el paso de las gradas no cumple con las medidas mínimas para el paso de personas con movilidad reducida que tengan que acudir en silla de ruedas. Carro asegura que “cuando uno de verdad está en política debe de ser coherente con todos los vecinos y no menospreciar a un colectivo ya de por sí desfavorecido por las circunstancias que le toca vivir en el día a día”.

En este sentido, Carro culpa al gobierno local de menospreciar a las personas con discapacidad con el beneplácito de los técnicos de la Diputación y del propio Concello al aceptar parte de las obras del pabellón, financiadas con cargo al Plan Concellos a través del proyecto Acondicionamiento e mellora da Accesibilidade e eficencia enerxética.

Dice que las mejoras en accesibilidad son una chapuza, ya que las medidas de las puertas de acceso a los pasillos incumplen la ley de accesibilidad, así como las de los baños, ya que la ley dice claramente que tienen que tener 90 centímetros de ancho y un mínimo de 85, cuando la anchura de la del baño de Reibón tiene 76 y la del acceso a los pasillos, 74, cuando el paso recomendable por ley indica, según confirma Carro, 1,20 para los espacios públicos.

Midiendo el ancho del paso de la nueva grada.   | // FDV

Midiendo el ancho del paso de la nueva grada. / Fdv

También dice que las gradas, que aún no han podido ser recepcionadas, incumplen el ancho de rodadura para las sillas de ruedas al tener solamente 65 de ancho, cuando la recomendación es de 82,5, ya que las medidas mínimas de las sillas van de 65 a 77 centímetros. Carro reprocha la labor de los técnicos provinciales y municiples para dar el visto bueno a esta obra: “Queremos denunciar que las personas con discapacidad no son de segunda clase, se merecen todo nuestro respeto y que personas que trabajan para el Concello y reciben un sueldo, como el concejal de Movilidad Rodrigo Currás y su compañera de gobierno y edil de Deportes, Dolores Chapela deberían de estar avergonzados”.

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