Los principales problemas que padece la piscina municipal de Cangas “A Balea”, que afectan a la prestación y la calidad del servicio, derivan de “patologías constructivas” que el gobierno local está dispuesto a resolver a corto plazo ejecutando el proyecto que ya tiene sobre la mesa y financiando las obras con fondos del Plan Concellos o con los presupuestos municipales, a través de una modificación de crédito que parece menos viable. Así lo trasladó el concejal Mariano Abalo (ACE) en una reunión que mantuvo anteanoche con representantes de todos los grupos políticos de la Corporación –excepto el PP, que no acudió a la cita–, que se mostraron “receptivos” a solucionar el problema cuanto antes. Otra vía que se estaba explorando, pagar los trabajos con fondos de la Unión Europea, queda practicamente descartada, señala el edil de Facenda, tras avisarle los técnicos que solo se puede emplear ese dinero en edificios construidos antes de 2009, y la piscina A Balea no se dio por terminada hasta 2015.
La técnica Alba López Barreiro, por encargo del Concello de Cangas, redactó el proyecto de “resolución de patologías constructivas existentes en la piscina municipal A Balea” y cifra en 428.985 euros la inversión necesaria para resolverlas. Abalo apuesta por hacerlo en fases, según le comunicó a los ediles Eugenio González (PSOE), Lourdes Rial (BNG) y Ánxela Vizoso (Avante), a cuyos grupos había remitido previamente la propuesta técnica. Lamenta que no compareciera el Partido Popular, al que acusa de “crear el problema” cuando gobernaba José Enrique Sotelo, por la precipitada inauguración de la piscina aprovechando las vísperas electorales, y “no querer hacer nada” ahora para solucionarlo, también por cálculos electoralistas.
La primera fase de los trabajos consistiría en “atacar las humedades y los problemas en la playa de la piscina”, que precisan una inversión de 218.816 euros. Abalo lo considera el “motor de arranque” de una remodelación integral que también prevé actuar sobre la cubierta y resolver, más adelante, el resto de problemas detectados y denunciados por los usuarios sobre el deterioro de las instalaciones, preferiblemente sin tener que cerrarlas o hacerlo el menor tiempo posible. Insiste el concejal del gobierno cangués en la “imperiosa necesidad” de abordar las obras más urgentes y analiza con el departamento de Intervención las posibilidades de “recurrir a una modificación de crédito o incluirlo en el próximo Plan Concellos” de la Diputación, alternativa esta última que parece más viable, aunque los plazos de ejecución se demorarían y no sería factible resolverlo en los próximos meses.
Mala ejecución y materiales
El proyecto garantiza que no habrá alteraciones sobre las condiciones urbanísticas “al tratarse de reparaciones sobre elementos constructivos y de acabado, principalmente ocasionados por la mala ejecución o por la elección de materiales diferentes de los previstos en el proyecto original y por falta de prevención en el mantenimiento”. Responde a la “necesidad de hacer reformas para optimizar la funcionalidad del edificio” que alberga instalaciones deportivas, principalmente la piscina, que se encuentra “en mal estado de conservación en muchas de sus partes”.
Las principales patologías afectan a la fachada del pabellón, la cubierta, la playa de la piscina, la sala de usos múltiples y los vestuarios, aunque la técnica redactora advierte que estos últimos no son objeto de su informa. En cualquier caso, menciona sus defectos porque, “de no corregirlos a corto plazo, puede causar daños importantes a los usuarios”.
Plan por fases y condiciones de habitabilidad
Tras las visitas de los técnicos a las instalaciones de la piscina municipal A Balea se decide realizar la actuación por fases, “para poder optimizar los recursos económicos”. En primer lugar se acometerán las patologías de las fachadas y cubiertas con el fin de resolver todos los problemas causados por las humedades, y posteriormente acometer las obras en el interior del edificio “necesarias para optimizar el uso de las instalaciones por los usuarios, evitando posibles problemas de seguridad y salubridad”, recoge el proyecto. La técnica redactora también advierte que, iniciadas las obras de demoliciones y desmontajes en distintas partes de la edificación, “pueden ser necesarias pruebas, chequeos o catas a mayores para determinar las causas exactas de algunas patologías y el alcance exacto de la actuación que se precisa para solucionarlo”, pues no todas se pueden precisar a simple vista, y poder garantizar que la solución sea óptima y el edificio “pueda continuar con su uso habitual cumpliendo con las condiciones mínimas de habitabilidad”.
