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La baja calidad de los menús escolares une a los grupos de Moaña para urgir una solución a la Xunta

Los propios concejales relatan los platos “escasos y poco apetecibles” que sirven en los colegios a sus hijos y nietos | Representantes de las Anpas y docentes abarrotan al pleno tras más de un año alertando del problema

El salón de plenos, abarrotado con la presencia de las Anpas, alumnos y docentes. | J. LORES

“Mis nietos tienen que comer ensaladas compuestas por una hoja de lechuga y un tomate”; “muchos días tenemos que dar de comer a nuestros hijos en casa cuando llegan del comedor”; “Mis hijos hoy solo comieron un plato con patatas cocidas y un trozo de pescado”. Estas frases fueron pronunciadas ayer en el pleno de Moaña por concejales como Javier Carro, de XM; Marta Freire, del PSOE y Silvia Rueda, del PP. Evidencian el grave problema que sufren los comedores escolares de Moaña y explican que incluso el PP se sumase a la moción presentada por BNG, PSOE y XM para exigir a la Xunta responsabilidades y actuaciones concretas para atajar la falta de calidad de los platos que se sirven a los estudiantes.

En el pleno estuvieron presentes representantes de las Anpas de los colegios así como de los equipos docentes. El acuerdo unánime, aplaudido por los asistentes, exige a la Consellería de Educación que mejore el servicio de catering y que realice inspecciones a la empresa a la que se le prorrogó el contrato: Alimentación Saludable Gallega. Además se pide una reunión con el Consello Escolar de Moaña para analizar los requisitos de cara al contrato del próximo curso.

En octubre de 2021 se aprobó una moción en la misma línea y la concejala de Ensino, Dolores Chapela, lamentó que “pasase un curso entero y no se resolviese el problema. Los platos que se sirven son poco apetecibles por su mala presentación, son escasos y muchas veces se sirven fríos”. La socialista Marta Freire aseguró que “no es una cuestión estética. Dudamos incluso de la calidad de la alimentación. Los comedores son un servicio complementario de la educación pública y su deterioro va en la línea de obligar a las familias a elegir los centros privados”.

Silvia Rueda, del PP, consideró que el problema de los comedores en Moaña “es muy real e incluso empuja a las familias a optar por el CEIP Reibón, que tiene cocina propia, vaciando de matrículas los colegios del rural”. Esta concejala, que actuó como portavoz del principal partido de la oposición por la ausencia de Vicente Verdeal, aseguró que su formación se reunió con la jefatura territorial de Educación y esgrimió un compromiso de realizar “inspecciones inmediatas que derivarán en sanciones si las conclusiones son las que todos podemos ver”.

La propia alcaldesa, Leticia Santos, lamentó que esta escasez y baja calidad de los menús escolares ponga en más aprietos a las familias en riesgo de exclusión social “que se ven obligados a complementar en casa la alimentación que reciben los niños en los colegios”.

Pese al acuerdo, la discusión política se centró en que no pudo presentarse la moción como declaración institucional por la falta de respuesta del PP. Rueda alegó que solo fue una cuestión de tiempos y rechazó las acusaciones políticas por este problema. Dolores Chapela, por su parte, recordó que la responsabilidad última es de la Xunta.

La inseguridad de Broullón, a debate

Los vecinos de Broullón salieron a la calle la tarde del miércoles, para exigir a la Xunta medidas de calmado de tráfico así como la construcción de aceras y de zonas de cruce con semáforos en la PO-313 a su paso por el barrio. El asunto será debatido hoy mismo en el Parlamento gallego después de que la diputada del PSOE, Leticia Gallego, presentase una proposición no de ley a la comisión de Obras Públicas que se reúne hoy. La intención de los socialistas es que la comisión inste a la Xunta a redactar un proyecto de senda peatonal y ciclista en la PO-313, así como a incluir en el mismo mejoras de seguridad y accesibilidad en el barrio de Broullón.

250.000 euros más para poder pagar la luz hasta final de año

La primera parte de la sesión plenaria de ayer en Moaña tuvo un contenido eminentemente económico. El bipartito aprovechó para incluir en los presupuestos municipales más de 320.000 euros procedentes del remanente de tesorería positivo del año 2021. En total, 250.000 euros se destinan a costear la subida de la electricidad y los combustibles. El concejal de Facenda, Aldán Santamarina, reconoce que la escalada sin precedentes de precios hizo que “las partidas estén agotadas y necesitemos esta inyección para pagar la luz y la gasolina hasta final de año”. Recordó que la empresa suministradora de energía que ganó el concurso, Aura, rompió unilateralmente el contrato, lo que deja al Concello a merced de los precios de la comercializadora de referencia. Además, se duplicó la partida para financiar el nuevo skatepark y se dotó otra para sustituir el césped artificial del campo de fútbol de O Casal-Iago Aspas Juncal.

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