Quizás hablar de risas y de humor en una jornada en la que murieron al menos 4 palestinos, es una frivolidad. Pero la finalidad con la que Pallasos en Rebeldía organiza de nuevo, tras la pandemia, el Festiclown Palestina es llevar la alegría a una zona que lleva más de 70 años de ocupación israelí y demostrar que la ONG continúa acompañando su lucha por la libertad y que no se vean solos, como asegura Iván Prado, fundador de Pallasos en Rebeldía. El cangués Dani Blanco, actor clown y que lleva más de 20 años actuando por el mundo, forma parte de este festival y caravana de circo que recorre pueblos, ciudades, hospitales, colegios y campos de refugiados palestinos en la zona de Gaza y Cisjordania. Ayer destacaba el horror por la muerte de varios palestinos en el campo de refugiados de Yenín. Él hablaba de diez, las agencias de cuatro fallecidos en lo que fue una redada de las fuerzas de seguridad de Israel en la vivienda de la familia de un palestino responsable de un ataque perpetrado en abril contra un bar en Tel Aviv, suceso que se saldó con tres muertos.
El Festiclown de este año recorre Jerusalén, Aida Camp (a 2 kilómetros al norte e belén); Hebrón a 30 kilómetros al sur de Jerusalén en los Montes de Judea; la ciudad de Ramallah, que es la sede del gobierno de palestina a 15 kilómetros al noroste de Jerusalén; Nablus, al norte de Cisjordania y Gaza, que es la principal ciudad de la Franja de Gaza.
Daniel Blanco asegura que la caravana de este año la forman 44 personas, entre 4 compañías: Kambahipota de Madrid; la nave del Espacio, de Cádiz; Tchyminigagua, de Colombia; 15 voluntarios del Ayuntamiento de Rivas Vacíamadrid. En el cartel también figuran los raperos Ergo Pro e Ill Pekeño; la artista urbana Julieta XLF y las ilustradoras Iris Serrano e Irene Bofill. El cangués, cuyos espectáculos de clown como “Rogelio, un paiaso en recuperación”, presentó en la Mostra de Teatro Cómico e Festivo de Cangas, asegura que con el Festiclown Palestina “queremos dar visibilidad a la lucha del pueblo palestino contra los continuos ataques de años a los campos de refugiados y al pueblo en general por parte del ejército israelí”. En Nablus asegura que trabajan con una ONG que se llama human support, organización palestina y en Belén están en el campo de refugiados de Aída y trabajan con una escuela de circo para niños que se llama Lajee Center.
Blanco prácticamente no tenía tiempo ayer para mantener una conversación, teniendo en cuenta la situación tan dramátoica vivida: "Hoy (por ayer)fue un día complicado estamos en el campo de refugiados de Aída, un sitio en teoría protegido por la ONU, justo en la entrada hay una oficina de ella. Pues hace escasos 40 min el ejército israelí acaba de entrar tirando gas lacrimógeno con tanquetas y soldados a pie armados hasta arriba. Nos tuvimos que refugiar todos dentro del Lajee Center, escuela de circo, con oficinas biblioteca..."