La decimoquinta edición del Festival Internacional de Cine de Bueu echó el cierre a casi dos semanas de programación con la primera edición de sus Jornadas Cinematográficas, en las que tuvo especial protagonismo el cineasta de “O que arde”, Óliver Laxe, que participó en un encuentro conducido por Ángel Suanzes y que se desarrolló en el Punto de Encuentro.

Laxe, que ganó el Premio del Jurado en Cannes, repasó su cinematografía, desde París 1 y Todos vós sodes capitáns, hasta sus filmes más recientes, en una conversación en la que desveló que su actual filosofía de trabajo busca “a través de la identificación emocional con los personajes noquear la razón, que ya no piensen, y entonces yo hago mi trabajo con las imágenes”. Habló también de su evolución para “tener cada vez más conocimiento del espectador”, aunque reconoció que es “un espectador difícil el que nos ha tocado, porque no tiene tiempo y vive en un tiempo excitado”, pero los artistas “debemos bajar de nuestro caballo para subirlo y llevarlo adonde queremos”.

La presencia de Óliver Laxe se enmarcó dentro de un programa que se abrió y cerró con el director ruso Andrei Tarkovski. El inicio fue la clase magistral del investigador José Manuel Mouriño, coordinador en la Península Ibérica e Iberoamérica del Instituto Internacional Andrei Tarkovski, y el fin fue la proyección de su película Zerkalo, en el Centro Social do Mar. Además, se celebró una charla sobre tiempo y cine con Andrea Morán y Daniela Urzola y una mesa redonda virtual con profesionales del montaje como Diana Touceda, Carolina Astudillo y Ana Pfaff, moderada por Diana Ramahí.