Los ecos del último fin de semana aún colean y resuenan en Bueu. La multitud de personas que acudió a los diferentes eventos y locales del centro de la localidad dejó tras de sí una estela “vergonzosa”, tal como se calificaba ayer desde el gobierno local. El centro de Bueu se convirtió en un auténtico “botellódromo” y a primera hora de la mañana del domingo había restos por doquier. “Fue una jornada especialmente grave, con un comportamiento vergonzante e incívico, un comportamiento que además fue generalizado”, afirmaba ayer el alcalde de Bueu, Félix Juncal.
El regidor asegura que este fin de semana fue una especie de “punto de inflexión”, un gran borrón en un verano que, en líneas generales, transcurrió “sin incidencias especiales, tal como nos reconocen los propios vecinos”. Esa imagen cambió radicalmente en la madrugada del sábado al domingo. El alcalde no responsabiliza ni culpa de la situación al multitudinario Entroido de Verán –cuyos responsables explicaban el domingo que se encargaron de limpiar el recinto con la ayuda vecinal–, sino que lo atribuye a un comportamiento generalizado porque los restos del botellón se extendieron por todo el casco urbano. El propio Juncal realizó un recorrido por el casco urbano a primera hora de la mañana del domingo, antes de embarcar hacia las celebraciones de San Xaquín en Ons, y confesaba su decepción ante “una imagen y una actitud lamentable que tenemos que erradicar”.
La enorme cantidad de residuos y la multitud de lugares por los que estaban esparcidos dificultaron las labores de limpieza. Los domingos por la mañana hay una brigada de cuatro personas contratadas por el Concello de Bueu y otras dos a través de la empresa FCC. “Este domingo por la mañana hubo que reforzar ese operativo con dos personas más para poder limpiar todo”, explica Félix Juncal.
El reguero de desperdicios incluía la calle Pazos Fontenla, jardines, parques infantiles y paseo de Banda do Río y la propia playa urbana. En algunos casos la situación era especialmente grave porque había botellas y vasos de cristal rotos en lugares especialmente sensibles porque son zonas de juego y de esparcimiento para los más pequeños. “El goce y el disfrute no puede ser compatible con este tipo de comportamientos, hay que tener una actitud responsable y sin poner en peligro al resto de la ciudadanía”, defiende Juncal.
El alcalde pone como ejemplo los numerosos eventos y actividades celebradas a lo largo del verano. “Ni siquiera con un festival tan multitudinario como el SonRías Baixas hubo una imagen parecida”, recalca.
Desde la Alcaldía se solicitó un informe a la Policía Local y otro a la empresa de limpieza FCC. La previsión es mantener un operativo que durante el resto del verano “fue eficaz” y si es necesario reforzarlo con un mayor control y vigilancia. “No hay nada que justifique un comportamiento tan incívico e irresponsable”, sentenciaba ayer el alcalde de Bueu.
