El Festival SonRías Baixas de Bueu hace balance de su edición de regreso a la normalidad. Una edición de “plenitud”, en la que se superó el récord de asistencia con más de 22.000 asistentes, y tras la cual ya se ponen las luces largas de cara a 2023. No será un año cualquiera: el certamen bueués cumple 20 años y quiere “festejarlo por todo lo alto”, tal como afirma uno de sus codirectores, Jordi Lauren.
Entre el jueves y el sábado pasaron más de 20 bandas por el escenario de A Estacada, con conciertos destacados, como el de Kase.O, Rels B, La M.O.D.A., Rayden o, por supuesto, Tanxugueiras, que recibieron el disco de oro por las más de 30 millones de reproducciones de su single “Terra”. Las cifras aportadas ayer desde la promotora Play Plan constatan que a lo largo de las tres jornadas pasaron por el SonRías 22.230 asistentes, superando el récord de 2019, que había sido la última edición celebrada en condiciones de normalidad. Las estadísticas reflejan que la mayoría del público era mayoritariamente femenino y muy joven. “Nuestra intención fue la de llegar a todos los públicos e incluir en la programación estilos diversos y seguir consolidando el SonRías como el primer gran festival al que asiste la gente más joven”, explica a su vez la también codirectora del festival, Berta Domínguez.
Esa asistencia también tiene su reflejo en el impacto y retorno económico del festival en Bueu y el resto de la comarca, que desde Play Plan calculan en más de 1,2 millones de euros. “El SonRías no es solo un evento musical, sino que trabajamos para favorecer la puesta en valor del territorio como destino musical, turístico y cultural”, argumenta Lauren, que insiste en que el certamen se caracteriza por un modelo “responsable, sostenible y de futuro”. Ese impacto económico se puede comprobar a través de una ocupación hotelera del 100%, en la creación de más de 500 puestos de trabajo directos o en la contratación de empresas y proveedores del entorno.
Estas cifras junto al ambiente que se pudo vivir en A Estacada son la confirmación del Festival SonRías Baixas “en toda su plenitud”. Desde la promotora señalan que se recuperaron las buenas sensaciones y la “convivencia mágica entre artistas, público y todas las personas implicadas en el festival”. Todo ello resume la esencia del certamen bueués, que pasa por la música en directo, la gastronomía y la naturaleza.
Además del aspecto musical, el SonRías puso el acento en avanzar en la senda de sostenibilidad a través de la recogida selectiva, minimizar el consumo de agua y energía y en la reducción de plásticos de un solo uso. A ello se une la prioridad para convertir el recinto en un espacio seguro, inclusivo y libre de violencias sexistas.
