Los concellos de O Morrazo empezaron, a finales de la pasada semana, a adoptar medidas de ahorro de agua ante el estado de prealerta por sequía. De momento las restricciones solo afectan a servicios no esenciales como el riego de los jardines o la desconexión de las duchas de playa, pero en el término municipal de Moaña muchos vecinos empiezan a ver limitada el agua en sus casas. Y es que en esta villa hasta 14.500 vecinos se abastecen de traídas comunales, tanto de forma exclusiva como compartiendo el servicio con la red general de abastecimiento. La mayoría de estas comunidades de aguas impusieron ya restricciones a sus usuarios ante el temor de que pasen las semanas sin precipitaciones.
En la Comunidade de Usuarios de Auga de Meira de Abaixo, por ejemplo, desde mayo hay limitaciones, algo inédito por las fechas tempranas y derivado de un invierno muy seco. Entonces se impuso un tope de 1.000 litros por día en cada vivienda, básicamente con la intención de que los usuarios entendiesen que por delante quedaban meses duros y debían ahorrar agua en todo lo posible. A comienzos de julio se redujo a la mitad el tope, que ahora está en 500 litros por vivienda y obliga a muchas casas a reducir significativamente un consumo medio que esta traída calcula en 700 litros por vivienda. Son 970 las casas que se abastecen de estas captaciones.
Todas las comunidades de aguas moañesas han indicado a sus asociados que deben limitar el consumo a labores de higiene doméstica, evitando en todo lo posible su uso para piscinas recreativas o para el riego de árboles y jardines. Están inspeccionando los contadores para evitar que se superen los topes y más del 90% están cumpliendo con las recomendaciones.
Sin salir de Meira, la comunidad de A Torre, en la parte alta, da servicio a 420 viviendas y cuenta con tres depósitos y unos 15 manantiales. Notaron un descenso grande durante la última ola de calor de los niveles de los embalses, aunque en la última semana recuperaron algo sus reservas. De momento esta traída no impuso restricciones pero sus responsables señalan que es solo cuestión de semanas si no llueve antes.
En Domaio, por su parte, la traída de Calvar-Verdeal tampoco impuso restricciones pero sí que distribuyó por el barrio carteles pidiendo a los usuarios que eviten el riego, el lavado de coches o el relleno de las piscinas. En esta parroquia se comprobó que en las casas con piscina de obra, al tener depuradora del agua, el consumo no se dispara, pero sí que se nota en aquellas viviendas que cuentan con piscinas más pequeñas que se vacían y llenan varias veces cada verano.
Sin salir de Domaio, la comunidad de aguas de Palmás-Costa tiene el consumo limitado a 1.000 litros por vivienda desde la pasada ola de calor. Temen otro episodio de este tipo en agosto que obligue a bajar el tope. Son 600 las viviendas que se abastecen de los dos depósitos de los barrios de Palmás y Costa, uno con capacidad para 900.000 litros y el otro para 300.000. Los responsables de la traída también están inspeccionando contadores estos días y reiteran la petición de “responsabilidad” en el uso del agua a sus usuarios.
Recursos propios
Moaña es una excepción en O Morrazo por el alto porcentaje de vecinos que se nutren de captaciones de aguas comunales. También en barrios de la zona alta como Berducedo existen traídas de este tipo. De hecho, el Concello llegó a reclamar a Augas de Galicia la devolución de parte del canon anual por su acceso a recursos propios, lo que hace que Moaña no tenga que depender al 100% del agua que procede de los embalses de Vigo y que llega a O Morrazo a través del emisario submarino que cruza la ría de Vigo.
