Los vecinos viven el “suplicio” de siete meses de obras en el vial de O Viso y exigen soluciones

Se quejan de largos rodeos por Vilariño para acceder a sus casas, de iluminación deficiente y una relación “insatisfactoria” con la empresa | Piden a Victoria Portas “que tome ya cartas en el asunto”

Hay señales de paso prohibido en el cruce de O Viso y junto a la bifurcación para Liméns. |   // G.NÚÑEZ

Hay señales de paso prohibido en el cruce de O Viso y junto a la bifurcación para Liméns. | // G.NÚÑEZ / Gonzalo Martínez

Cangas

Vecinos y vecinas afectadas por las obras que se están ejecutando en el vial provincial O Viso-Igrexario (EP-1008), entre ellas la exalcaldesa Clara Millán, denuncian el “suplicio” que padecen desde hace siete meses debido a la ejecución de unos trabajos que avanzan con importantes carencias y más lentas de lo comprometido por las autoridades. “Nos prometieron que antes del verano estarían rematadas, pero pasa el tiempo y cada día son más las incomodidades y problemas que sufrimos”, argumentan los residentes, y exigen a la regidora, Victoria Portas, que se tome en serio el asunto y se coordine con los responsables políticos de la Diputación para resolverlo.

Entre esos problemas, reseñan las dificultades de acceso a las viviendas debido a la implantación de sentido único mientras duren las obras, y los vehículos que pretenden acceder desde la PO-315 no pueden hacerlo por el cruce de O Viso y están “obligados a recorrer media parroquia” para llegar a su destino por la calle David Cal y la Costa do Rapallo, en Vilariño, por un tramo que han pavimentado pero “sigue sin pintar y sin señalizar”. Ese rodeo obligado afecta especialmente a los vecinos de Liméns, que pidieron poder acceder desde O Viso y la alcaldesa habría dado esa instrucción, aunque en la práctica los agentes de la Policía Local “nos dicen que no tienen conocimiento de esa orden, y en ocasiones paran a los conductores y les advierten de sanciones por ello.

Con respecto a la relación con la empresa adjudicataria, Marconsa, estos vecinos dicen que desde el principio ha sido “insatisfactoria”. Como ejemplo, Clara Millán explica que les dejó apilar el material de obra en su propiedad con el compromiso de dejar el terreno en las mismas condiciones que se lo encontraron y ni siquiera cortaron la hierba al terminar, lo que le impide utilizar ese espacio, ni concretan fecha para hacerlo.

Los desniveles provisionales entre la carretera y el espacio peatonal “impiden acceder con normalidad a las viviendas”, algunas habitadas por personas “con graves problemas de movilidad”, y las quejas reiteradas solo han servido para que la empresa lo arreglara con zahorra que arrastran las escorrentías cuando llueve y que con el paso de los días pierde consistencia y destroza las ruedas y bajos de los coches. Asimismo, reprochan la falta de alumbrado en la zona, pues, aunque se han colocado nuevas luminarias, aún no están activas, y las antiguas tienen las bombillas fundidas, dejándolos por la noche “en una completa oscuridad”.

Desatención municipal

Los afectados se sienten desatendidos por las autoridades. A pesar de que los problemas vienen desde el inicio de las obras, “solo se preocuparon por nosotros los técnicos del Concello de Cangas”, pero “en ningún momento se acercaron al lugar ni la alcaldesa ni ninguno de los dos concejales delegados, a pesar de que ellos son los responsables de no adjudicar en tiempo y forma la parte de la obra que le corresponde a la autoridad municipal”, subrayan, con el consiguiente retraso en su ejecución.

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