La toxina cierra al marisqueo en Ons y ya son cuatro las zonas afectadas en la Ría
Las analíticas fueron negativas en Mourisca y el fondo de la Ría, pero los valores siguen siendo elevados | Aldán es la única área donde se permite la extracción de almeja

Flota amarrada en la tarde de ayer en el muelle de Bueu. | // GONZALO NÚÑEZ / César Collarte
La toxina continúa sin dar tregua al marisqueo a flote en la Ría de Pontevedra. Los últimos análisis realizados este martes por el Intecmar han supuesto el cierre de otra zona de extracción, la más exterior, en el entorno de la Illa de Ons, por lo que la prohibición para faenar ya se extiende a la práctica totalidad de la ría, con la única excepción de la Zona II, situada junto a Aldán. El mes de julio está siendo especialmente dañino para el sector en este aspecto.
Los resultados positivos del muestreo en Ons impedirán la recogida de la almeja rubia, pero sí permiten que se extraiga navaja, donde la toxina apenas ha tenido incidencia. En cambio, en el resto de la Ría de Pontevedra la prohibición afecta a ambas especies. Y eso a pesar de que las analíticas en las Zonas III y IV arrojaron un resultado negativo. Sin embargo, la Consellería do Mar mantiene el cierre cautelar al considerar que los valores de toxina detectados son todavía bastante elevados, a pesar de moverse dentro de los límites permitidos.
Esto ha supuesto un golpe importante al sector, que confiaba en la apertura de alguna de las zonas, y que ve sensiblemente reducidas sus opciones de faenar. Ir a Aldán es la única alternativa, si bien existe un límite de días para poder faenar en ese entorno, y en el caso de la flota buenense la cifra está cumplida o prácticamente cumplida. El otro problema es que el grueso de los barcos que se dedican a la almeja o a la navaja están muy especializados y pocos de ellos trabajan con otras artes para evitar el parón.
De las cinco zonas en las que está parcelada la Ría de Pontevedra para el marisqueo a flote tres de ellas fueron cerradas de forma cautelar en los primeros días del mes. La Zona III (entre Mourisca y Aguete) fue la primera en sufrir los efectos de las toxinas lipofílicas, con un cierre el día 5. Tan solo un día más tarde fue el turno de las Zonas IV y V, las situadas más al fondo de la ría. La esperanza en Bueu pasa por la entrada de viento del norte, que permita activar las corrientes y expulsar la toxina hacia el exterior de la ría. Pero tampoco se puede prever cuándo sucederá este fenómeno que reduzca los niveles de toxicidad.
Mientras, la situación en la Ría de Vigo es más estable, con solo dos de las seis zonas cerradas, si bien una de ellas (la II.1) afecta directamente a la flota de Cangas, al estar situada entre Balea y el límite con Moaña. Se cerró el día 5 y así permanece desde entonces.
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