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Un reincidente

Genaro Solla Moares, natural de Bueu, cuenta con un largo y reincidente historial delictivo, que incluye una condena de 19 años por un homicidio en prisión

Página de FARO DE VIGO de diciembre de 2015, sobre el juicio por intentar matar a su pareja. Fdv

¿El criminal nace, o se hace? Los psicólogos criminalistas se hacen esa pregunta desde hace décadas. ¿Son sus conductas violentas innatas o adquiridas? Yo, por mi experiencia de casi veinte años tratando con ellos, creo que es un poco de ambas. Por un lado, factores adquiridos. Por otro, lo que cada uno elige hacer con su vida en cada momento.

Si algo es nuestro sistema judicial y penitenciario, es garantista al extremo con los derechos del reo. Para condenar a alguien por un crimen, tiene que haber pruebas claras y explícitas que lo dejen meridianamente claro. Manifestaciones de testigos, grabaciones, pruebas forenses…etc., etc. Además, el eje sobre el que pivota el sistema penitenciario español, no es el castigo por el crimen cometido, sino la reinserción.

Cuando un delincuente común entra en prisión, suele hacerlo a causa de acumular varias condenas. He conocido algunos que, a pesar de haber sido detenidos en casi un centenar de ocasiones por delitos menores como hurtos y lesiones, no habían pisado una cárcel en su vida.

Evitar en lo posible el ingreso en prisión, y si este se produce, tratar de conseguir una rápida reinserción del reo para que vuelva a la sociedad rehabilitado. Ese podría ser el resumen de cómo funciona el sistema penitenciario. Pero, ¿funciona?

Hoy os traigo un ejemplo peculiar. La historia de Genaro Solla Moares. Una historia que representa lo que una parte de la sociedad piensa, y es que el sistema penitenciario actual y la reinserción, no son sino un rotundo fracaso.

Portada de FARO DE VIGO del 1 de mayo de 2002, con la detención de Genaro Solla tras apuñalar a una comerciante.

Portada de FARO DE VIGO del 1 de mayo de 2002, con la detención de Genaro Solla tras apuñalar a una comerciante. Fdv

Genaro era un tipo conflictivo y violento. Lo llevaba siendo desde los años ochenta. Nacido en Bueu, pasó su juventud delinquiendo por toda la península del Morrazo. Menudeo de droga, lesiones, hurtos, atracos violentos y demás delitos de esa índole, conformaban el historial arquetipo de un delincuente “modelo”.

En 1992, sin embargo, era condenado a varios años de prisión tras el atraco a una gasolinera. Cumpliendo condena por este hecho en la antigua prisión de Vigo, y a raíz de una supuesta deuda de dos mil pesetas, el trece de julio de 1993, Solla tuvo una discusión con el recluso que le debía dicho dinero. Según manifestaron los testigos, tras esta discusión, Solla se hizo con un puñal de unos treinta centímetros, y se lo clavó varias veces al recluso, hiriendo también al hermano de este, que trató de interponerse. Se evacuó al herido al hospital del Meixoeiro, pero este falleció irremediablemente a causa de las puñaladas.

Por estos hechos, en 1995 se producía el juicio, y era condenado a diecinueve años más de cárcel como autor del homicidio en prisión.

La información interior de FARO DE VIGO sobre la detención en 2002 de Genaro Solla tras apuñalar a la dueña de una tienda en Cangas.

La información interior de FARO DE VIGO sobre la detención en 2002 de Genaro Solla tras apuñalar a la dueña de una tienda en Cangas. Fdv

Siete años más tarde, sin embargo, Solla salía con la condicional. Era el año 2002, cuando en lugar de aprovechar la nueva oportunidad de libertad que se le brindaba, reincidía de nuevo en su hábitat natural. Cangas.

Armado con un cuchillo de gran tamaño, llevaba a cabo un atraco en la pescadería Pepa, situada en pleno centro del pueblo. Hería a la pescadera, le robaba cierta cantidad de dinero y huía del lugar empuñando el arma.

Su huida, caótica, tanto a pie, como en un ciclomotor robado, concluía cuando la Guardia Civil lo detenía frente a una terraza de Montero Ríos. Durante la detención, Solla, trató de agredir a los agentes, que debieron utilizar la fuerza para reducirlo. Todo ello en presencia de multitud de personas que paseaban por la zona en plena mañana.

Genaro Solla Moares fue condenado en 2003 a siete años de cárcel por acuchillar a la dueña de una tienda de Cangas.

Genaro Solla Moares fue condenado en 2003 a siete años de cárcel por acuchillar a la dueña de una tienda de Cangas. Fdv

A causa del atraco, las lesiones y la huida, se le imputaron varios delitos que añadieron siete años más de condena a la pena acumulada. Por ello se le canceló la libertad condicional, y Solla regresó a prisión.

Pasaron los años y llegó la navidad del 2011. Una época en la que, por un motivo u otro, la experiencia me ha demostrado que se incrementan los robos y delitos violentos.

Solla se encontraba de nuevo en libertad condicional desde hacía meses. La sociedad le brindaba la enésima oportunidad de encauzar su camino. Él, sin embargo, sin medios propios, y habiendo pasado media vida en la cárcel, la rechazaba con desprecio y elegía una vez más su estilo de vida preferido. Seguir delinquiendo.

Encontró un lugar para vivir en un quiosco abandonado, que por entonces estaba situado en el aparcamiento de la playa de Rodeira. Concretamente en el mismo lugar donde cada mañana se siguen juntando los “figuras” del pueblo para beber, pelearse entre ellos, y hacer tiempo para ir al comedor social.

Genaro Solla fue detenido de nuevo en 2011 por otra reyerta en la que acuchilló a un hombre.

Genaro Solla fue detenido de nuevo en 2011 por otra reyerta en la que acuchilló a un hombre. Fdv

En el quiosco, Solla, además de vivir acompañado de un perro, llevaba a cabo menudeo de droga. Vendía a los toxicómanos de la zona, la mercancía que, supuestamente, otro le proporcionaba, y sacaba algo de tajada. Este otro, era Andrés González Otaño, a quien todos conocían como “O Cubano”.

Un lunes por la mañana, Otaño, al que supuestamente Solla debía dinero, se acercó por el quiosco. Al parecer, entre ellos hubo una discusión, y durante ella, Solla apuñaló en diversas ocasiones al “Cubano”.

Viendo que perdía sangre de forma abundante, Otaño se alejó hacia la avenida Ourense, dejando tras de sí un rastro de sangre. Al paso de un vehículo, Otaño, al cual azuzaba con violencia el perro de Solla, un bóxer que respondía al nombre de Thor, lo hizo detenerse y se montó en el asiento del acompañante.

Información de 2011 de FARO DE VIGO sobre el suceso ocurrido en Rodeira, por el que fue detenido Genaro Solla.

Información de 2011 de FARO DE VIGO sobre el suceso ocurrido en Rodeira, por el que fue detenido Genaro Solla. Fdv

El conductor, un hombre de cierta edad, asustado al ver a aquel perro tratando de morder al hombre que se había subido a su coche, y comprobando que este estaba cubierto de sangre, no pudo reaccionar en un principio y se quedó bloqueado.

—¡Al centro de salud! —le gritaba Otaño.

Finalmente, el conductor dio la vuelta en plena avenida y llegó al centro de salud de Cangas. Otaño, que por entonces había perdido bastante sangre a causa de las heridas, sufrió un paro cardíaco en pleno centro de salud. Los servicios sanitarios lo atendieron sin poder a llegar a salvar su vida, y “O Cubano” fallecía.

Entre tanto, la Guardia Civil de Cangas había recibido multitud de avisos referentes a que en el aparcamiento de Rodeira, un perro había mordido y atacado a un hombre. Las llamadas se repetían diciendo que el hombre, herido por el perro, y cubierto de sangre, había parado un vehículo en la avenida y se había subido pidiendo que lo llevaran al centro médico.

Personados en el aparcamiento, los agentes se encontraron el perro y algo más. En el lugar en que Otaño había dado el alto al coche, y dado que el perro lo azuzaba y le impedía montarse, había un charco de sangre en el suelo. Junto a él encontraron un rastro de gotas, y siguiéndolo, llegaron a las inmediaciones del quiosco en el que Solla llevaba tiempo viviendo.

Reportaje de FARO DE VIGO en diciembre de 2011 sobre el historial delictivo de Genaro Solla Moares.

Reportaje de FARO DE VIGO en diciembre de 2011 sobre el historial delictivo de Genaro Solla Moares. Fdv

Allí se lo encontraron, en actitud sospechosa, con un charco de agua y sangre en el suelo. Conociéndolo por todo su largo historial de antecedentes, se dirigieron a él para preguntarle qué había pasado. Solla, se mantenía con medio cuerpo dentro del quiosco, escondiendo su brazo derecho, en actitud agresiva hacia los agentes. Desafiándolos a que se acercaran a él, y como ocultando un arma en su mano derecha.

Con paciencia. Con mucha paciencia, y mediando el uso de la palabra, se procedió a la detención de Solla, pues ya en ese momento, desde el centro de salud se había alertado de que el hombre que había fallecido a causa de un supuesto infarto, había sido previamente apuñalado, y no solo atacado por un perro como los testigos había manifestado. Una vez detenido, los agentes comprobaron que, junto a la puerta, allí donde Solla escondía su mano, estaba el cuchillo, recién lavado, con el que había matado al “Cubano”.

Dos años más tarde, en noviembre de 2013, viviendo ya en la ciudad de Pontevedra, Solla tiraba a su pareja desde el balcón de un segundo piso con la intención de matarla tras una discusión. La Policía Nacional, alertada por los vecinos que escuchaban los gritos de dolor en la calle, acudía al lugar y encontraba a la mujer gravemente herida. Posteriormente detendría a Solla como autor de un delito de violencia de género por la tentativa de homicidio.

En 2015 Genaro Solla fue de nuevo juzgado por intentar matar a su pareja en Pontevedra.

En 2015 Genaro Solla fue de nuevo juzgado por intentar matar a su pareja en Pontevedra. Fdv

La mujer, brasileña y de treinta y cinco años, sobreviviría, pero con lesiones muy graves. Por esta última tentativa de homicidio, Solla era condenado a otros diez años de cárcel.

Una vida entera entrando y saliendo de prisión. Una vida llena de crímenes cometidos a lo largo de todo el Morrazo.

El sistema quiso reinsertarlo. Él, sin embargo, eligió seguir siendo lo que siempre había sido. Un delincuente. Un criminal. Un asesino.

Un reincidente.

Ramón Otero

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