La flota de Cangas, Moaña y Bueu volvió a sacar ayer en procesión marítima a su “madre protectora”, la Virgen del Carmen. Fue el regreso a una normalidad bruscamente interrumpida por culpa de la pandemia y el coronavirus, un regreso en el que quisieron participar cientos de embarcaciones y vecinos de la comarca de O Morrazo. La vuelta de las procesiones marítimas llega en un año marcado por la tragedia en el mundo del mar: el hundimiento el 15 de febrero del pesquero “Villa de Pitanxo” dejó 21 fallecidos, solo tres supervivientes y muchas incógnitas aún por resolver, lo que lo convierte en el peor accidente para la flota gallega en más de 40 años.
En esa triste lista de fallecidos y desaparecidos hay varios vecinos de Cangas, Moaña y Bueu y para ellos hubo un especial recuerdo en los actos de ayer. “Este fue un invierno trágico, que trajo mucho dolor a un pueblo con alma marinera”, decía ayer durante la misa el párroco de Bueu, José López. Una reflexión compartida en el resto de localidades afectadas.
Las procesiones congregaron a cientos de barcos de pesca, bateeiros y de recreo, entre los que no faltaban pancartas alusivas al “Villa de Pitanxo”, con el lema de “Búsqueda. Verdad. Justicia”. A pesar del trasfondo de la tragedia esta tradición no deja de ser una celebración en la que se dan la mano la alegría de la vida con el recuerdo a los que fallecieron. La primera de las procesiones en salir al mar fue la de Cangas, rodeada de música, pirotecnia y con la Virgen del Carmen a bordo de la embarcación “Ventosinos Alonso”. En primer lugar la comitiva se dirigió hacia Darbo, con paradas en A Congorza y Areamilla, y la ofrenda floral se realizó en Santa Marta, cuya capilla es el “hogar” original de la talla de la Virgen del Carmen que sale en procesión.
Tras este emotivo momento la marcha dio vuelta, parando en los mismos lugares, para encaminarse a su momento cumbre: la reunión con la flota de Moaña, un encuentro al que este año se unió también Vigo.
Esa unión, en el entorno de Punta Rodeira, tuvo lugar pasadas las siete de la tarde y se estima que pudieron participar más de 200 embarcaciones. El hecho de que este año la festividad del Carmen coincidiese en sábado animó a salir a muchos más barcos de recreo e incluso motos náuticas. Nadie quería perderse este momento después de dos años de ausencia obligada.
En Moaña, la imagen de la patrona de los marineros fue trasladada desde la iglesia parroquial que lleva su nombre hasta el muelle de A Mosqueira, donde embarcó a bordo del bateeiro “Nebueiro”. Después del encuentro con las flotas de Vigo y Cangas, la procesión de Moaña enfiló hacia el muelle de trasatlánticos, realizó una parada en Teis para corresponder a una promesa y luego puso rumbo a Domaio. En el muelle de esta parroquia moañesa hubo otro momento cargado de emoción ya que la familia del joven fallecido en la Nochebuena de 2020 tras caer al mar con su coche realizó una ofrenda en su memoria.
La comitiva de Moaña estuvo integrada por más de un centenar de embarcaciones, que tras dejar Domaio realizaron nuevas paradas en O Latón y Meira. La tirada de fuegos de pirotecnia en estos puntos del litoral fue “espectacular” según los presentes. La procesión concluyó con la ofrenda floral delante del muelle moañés y este año se acordó delimitar una zona con boyas. El objetivo es que los barcos no traspasaran esa línea para facilitar que las personas que se congregaban en tierra pudiesen observar sin obstáculos este gesto en recuerdo de los fallecidos. “El comportamiento de la inmensa mayoría fue ejemplar, fue una auténtica delicia coordinar la procesión en honor a nuestra Virgen”, afirmaba al acabar el patrón del bateeiro “Nebueiro”, Javier Carro.
Bueu era el municipio que más tiempo llevaba sin celebrar la procesión marítima. A los dos años de la pandemia hay que sumarle el anterior, en el que debido a problemas de seguridad no se llegó a organizar. La lonja de la localidad volvió a dejar una de las imágenes de la jornada, con una misa de campaña a la que asistieron más de 400 personas, con nutrida representación de la corporación. El oficio estuvo cantado por la Coral Lestonnac y el Coro de Cela, que pusieron el broche con la “Salve marinera”.
Al final del oficio religioso el patrón mayor, José Manuel Rosas, tuvo un gesto especial con Juan Veiga, cuya familia donó a la Cofradía de Bueu una imagen de la Virgen del Carmen que durante décadas formó parte del hogar familiar.
Como agradecimiento, tanto por este gesto como por toda su trayectoria profesional y personal, se le impuso la insignia de oro de la Confraría de Bueu. Un reconocimiento que solo se había concedido a dos personas previamente: el antiguo patrón mayor Avelino Patiño (ya fallecido) y el empresario mejillonero Manuel Portela “Pilo”.
Las dos imágenes de la Virgen del Carmen de Bueu embarcaron pasadas las siete de la tarde a bordo del bateeiro “Camboño”, tras pasar previamente por la espectacular alfombra floral elaborada por la Asociación Cunchas e Flores de Bueu. La procesión contó con un centenar de barcos, que participaron en la emotiva ofrenda floral realizada frente a la costa de Beluso.
Las celebraciones continuarán hoy en Moaña y Bueu. En el municipio moañés habrá pasacalles y una verbena en la que actuará la orquesta Charleston Big Band. Por su parte, Bueu hoy celebra una misa a las 12.00 horas en honor a la Virgen de los Dolores y cierra su programa de fiestas con un concierto de Guadi Galego, a las 22.00 horas en la explanada del Centro Social do Mar.
