Raúl Camino | Actor y escritor de “El Mono Habitado”

“Me gusta imaginarme un dios con voluntad de acoger a todos”

Protagoniza hoy, en el Auditorio de Cangas, la comedia “Ave, osos”, cuyo texto es también de su autoría

Aitor Pérez y Raúl Camino en una escena de la obra que se representa hoy en Cangas.   | EL MONO HABITADO

Aitor Pérez y Raúl Camino en una escena de la obra que se representa hoy en Cangas. | EL MONO HABITADO / Fran G. Sas

Cangas

El Mono Habitado es la compañía que protagoniza la gran obra de la XXXIX Mostra de Teatro Cómico e Festivo de Cangas de la jornada de hoy. Se trata de “¡Ave, osos!”, que narra la llegada de un nuevo mesías que deberá ser criado por una familia homosexual. La función es a las 22.30 horas en el Auditorio.

–¿Llevan mucho tiempo rodando con la obra “¡Ave, osos!”? ¿Qué tal está siendo la acogida del público?

–La estrenamos el 6 de marzo de 2020, lo que fue “una suerte” porque al menos tuvimos la oportunidad de compartir con el público nuestro trabajo, aunque luego tuviéramos que suspender la gira que teníamos cerrada. A la vuelta a los escenarios retomamos las actuaciones y la sensación es que los espectadores disfrutan mucho de esta propuesta que tiene algo de disparatado y, al mismo tiempo, invita a reflexionar sobre muchos aspectos. Creemos que es una mezcla que funciona. En algunas actuaciones hemos tenido un coloquio con el público al finalizar, que siempre ha sido muy gratificante.

–¿Cómo fue la idea de representar una nueva venida de un mesías en una familia homosexual?

–“Inspiración divina”, supongo. Lo que es seguro es que llegó de milagro… En principio tenía la intención de escribir tres piezas breves sobre tres milagros. La primera fue “Benditas”, que tantas alegrías nos está dando, en la que dos pastoras viven una aparición mariana. Ésta iba a ser la segunda, pero nada más empezar a trabajar en ella comprendí que iba a ser una obra larga porque había mucho que contar. Además, decidimos hacer una versión larga de “Benditas (Benditas, todo viene del cielo)”, con lo que el proyecto original acabó convirtiéndose en dos espectáculos largos. Y se acabaron los milagros sin llegar a saber cuál hubiera sido el tercero.

No sé muy bien cómo surgió la idea, pero sí que puedo decir que fue una idea afortunada. El planteamiento sirve para hablar de una sociedad con nuevos modelos familiares, una pareja de dos hombres es solo una de las muchas realidades que se dan hoy en día, y había qué elegir una, ¿por qué no ésta? Sin olvidarnos de que hay muchas otras, claro. Uno de los temas que trata esta obra es la salvación, y en este aspecto Txema y Josemari son una buena vía para comprender que la esperada salvación está en la convivencia y la tolerancia.

–¿Recibieron alguna reticencia de la comunidad católica por la historia de la obra o entienden el tono de comedia y reflexión?

–No, nadie nos ha hecho llegar ningún reproche, cosa que nos alegra, porque en todo lo que hacemos tenemos claro que no queremos herir a nadie. En esta historia –cito literalmente- “Dios los ha elegido porque quiere acercarse a las minorías y los marginados, atraerlos a su seno”. Yo no soy creyente, pero me gusta imaginarme un dios así: abierto, cercano, con voluntad de acoger a todos ¿quién no querría algo así? Creo que planteamos un dios benigno y que no hay ningún tipo de crítica a la fe, eso es básico.

Creemos en el humor como herramienta de reflexión y comunicación, útil para divertir y para transmitir inquietudes. Trabajamos siempre a partir de una mirada a la sociedad para poder reflejarla sobre el escenario. Pero no es una crítica a la religión en si, tal vez al poder, a la jerarquía… En todo caso es una crítica cuyo objetivo es ayudarnos a crecer como sociedad.

–¿Usan una situación muy irreal para hablar sobre la discriminación que viven las distintas minorías en la actualidad?

–Podría decirse que es nuestro sello. Nuestra manera de crear pone en escena comedia con contenido, con personajes que, en situaciones insólitas, revelan su humanidad y sus contradicciones, sus pasiones y sus sueños, y sobre todo su capacidad para moverse entre la realidad y un universo poético. Partimos de lo irreal para hablar de lo real, ese es el reto: ganar la complicidad del público para conseguir que se sienta identificado con algo que ha arrancado de un punto muy lejano, incluso loco. Hablamos siempre de personas… Somos tantos que tomados de uno en uno somos minorías todos.

–¿Entienden que el colectivo LGTBIQ+ sigue sufriendo una fuerte discriminación o la sociedad española es de las más abiertas en cuestiones de sexualidad, como se dice muy a menudo?

–Hay mucho hecho y mucho por hacer. Lo mejor es ser positivos y valorar lo bueno, pero sin olvidarnos de seguir trabajando por mejorar. Cuando una persona tiene que reivindicar sus derechos es que algo está fallando en la sociedad, y es responsabilidad de todos y todas. Es el caso de este colectivo y también de otros. Insisto, hay mucho por hacer en muchos frentes.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents