El presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, visitará el lunes la isla de Ons para conmemorar el vigésimo aniversario de la declaración del Parque Nacional Illas Atlánticas. Una efeméride que no despierta el mismo entusiasmo entre los isleños, que aseguran que en su caso ese nuevo estatus de espacio protegido solo sirvió “para restarnos derechos y parece que para nuestros gobernantes somos invisibles”. Así lo afirmaba ayer la directiva de la Asociación de Veciños e Amigos de Ons, que además reprocha al gobierno autonómico un “pésimo desplante” hacia los vecinos: “No convocó a ese acto a la asociación que representa a la mayoría del vecindario de Ons”, afirman.
Desde el colectivo vecinal piden a la Xunta de Galicia que aproveche la conmemoración del aniversario del parque nacional para reunirse con los isleños y así conocer de primera mano “nuestras carencias y necesidades”. En este sentido invitan a los responsables autonómicos a “darse un paseo por todos los lugares en los que hacen falta inversiones”. Citan el mal estado de los caminos, la pasarela y acceso a las playas, la depuradora o incluso la caseta de primeros auxilios.
La principal reivindicación de los vecinos de Ons sigue siendo el reconocimiento de la propiedad sobre las viviendas, una petición que de momento se encontró un obstáculo casi insalvable en la consideración de la isla como un bien demanial de titularidad pública. “Pasamos a ser tristes concesionarios y a pagar una tasa abusiva; la Xunta se sacó de la manga una ley y no tuvo en consideración una propuesta llevada al pleno del Parlamento de Galicia en la que se proponía reconocernos la propiedad”, sostiene la presidenta vecinal, María José Pérez.
La aprobación del Plan Rector de Usos y Xestión (PRUX) también se percibe por los vecinos como una merma de derechos porque el sistema de cupos y autorizaciones implica “una pérdida del libre acceso” a las viviendas. “Tuvimos que levantarnos y pelear para que se nos permitiese ir a nuestras casas con familiares y amigos porque se pretendía vetarnos el acceso de forma libre. Pero aún así nos vemos obligados a pedir una autorización”, afirma María José Pérez.
La relación de quejas vecinales con las que se hace repaso a estos 20 años del parque nacional incluyen las dificultades para arreglar y rehabilitar las casas debido a los trámites “engorrosos” y duplicidades administrativas, la prohibición de llevar bicicletas y animales de compañía a la isla o la falta de servicios o su estado en precario, como es el caso del suministro eléctrico, abastecimiento o saneamiento. En el caso del muelle reivindican que se respete un espacio en el que vecinos y marineros puedan fondear de forma segura sus embarcaciones.
Con respecto a las ayudas y subvenciones que se convocan al amparo de este espacio protegido denuncian que son inasumibles. “Son imposibles de solicitar y tramitar, los plazos de 30 días son inasumibles y la cantidad de trámites que debemos realizar para solicitar cualquier autorización hacen imposible solicitar cualquier ayuda”, argumentan.
El balance de la Asociación de Veciños e Amigos de Ons incluye también una queja relativa a la “falta de comunicación e incumplimiento de compromisos” con respecto a lo que se acordó en la reunión del Patronato Illas Atlánticas, un órgano en el que los vecinos tardaron 18 años en tener representación. “Comunicarse es informar y hacer reuniones con técnicos y personal humano, no mandar un whatsapp”, sentencia la directiva vecinal.
