El Concello de Moaña inició hace más de una semana, con permiso de la Consellería de Infraestruturas y de Augas de Galicia, la puesta en valor de la senda del curso de agua Redogrés, entre Ameixoada y O Casal, aprovechando el camino de servicio que se construyó durante la construcción del Corredor do Morrazo entre 2003 y 2005 y con el objetivo de eliminar los puntos de vertidos incontrolados y convertir la zona en un refugio y área de interpretación de especies de murciélagos, batracios y aves.

Sin embargo, el recorrido ya visible gracias a la limpieza de la maleza, sacó a la luz grandes estructuras de hormigón que llevan apiladas en la zona desde el año 2005, con la construcción inicial del Corredor. Están en terrenos de la Xunta expropiados para levantar el viaducto de Ameixoada, una de las estructuras más costosas de la primera fase de un Corredor reconvertido, años después, en una autovía en gran parte de su recorrido.
Se trata de al menos tres cubos de hormigón con unos dos metros de altura que se iban a emplear como paso inferior en algún punto del Corredor. Además, hay otros cuatro grandes tubos de hormigón tirados entre varios árboles y cubiertos por la maleza y que se iban a utilizar para la canalización de cursos de agua. Finalmente estos materiales no hicieron falta para las obras y se apilaron en Ameixoada, en donde fueron objeto de alguna pintada.
El Concello asegura que no tiene capacidad para pagar una retirada que requiere del acceso de camiones a una zona verde que pretende poner en valor, además de el pago del traslado a un gestor autorizado. No se descarta la reconversión, por lo menos, de las estructuras en forma de cubo a través de alguna intervención artística para que sirvan como refugio dentro de la senda del curso del Redogrés.
La futura área de interpretación contará con tres refugios de madera para el murciélago ratonero forestal (Myotis bechsteinii), que tiene en la comarca una de sus únicas zonas de cría de todo Galicia. También contará con paneles informativos sobre la presencia en la zona de la golondrina dáurica (Cecropis daurica), más común en el sur de España.