La campaña 2021/22 de la centolla está a punto de concluir. Aunque los meses más importantes para la extracción de este recurso se concentran alrededor de las fechas navideñas su presencia en las cartas y mesas de los restaurantes es un clásico hasta el comienzo del verano. El balance de esta temporada, que comenzó marcada por las dudas y la incertidumbre, finalmente se puede considerar más que positivo en la comarca de O Morrazo. Las capturas superan los 31.000 kilos y las ventas ya están en el umbral de los 400.000 euros.
El periodo para la captura de este marisco estará abierto una semana más, hasta el día de San Juan. A partir de ese momento comenzará una veda que se prolongará hasta principios del mes de noviembre. “Se puede decir que fue una buena campaña, en la que tanto precios como capturas se comportaron bien”, resume el presidente de la Federación Provincial de Confrarías de Pontevedra y patrón mayor de Bueu, José Manuel Rosas.
Todo pese a que en el momento de la apertura había muchas dudas y recelos por parte del sector porque los indicadores previos que ofrecen algunas artes de pesca apuntaban a que había escasez. “Fue un comportamiento un tanto extraño. Al principio parece que estaban apelotonadas en algunas zonas o enterradas. Pero en cuanto vinieron los primeros mares fuertes las desenterraron y las desplazaron por los fondos marinos”, añade José Manuel Rosas.
Los mejores datos de la comarca de O Morrazo se registran en la lonja de Cangas, donde ayer volvió a subastarse la centolla. La cifra de capturas desde noviembre se acerca a los 19.000 kilos y el volumen de negocio está por encima de los 247.500 euros. El crustáceo alcanzó su máxima cotización durante la época navideña, en la que llegó a superar los 40 euros el kilo, con un precio medio de casi 15 euros.
Por su parte, Bueu roza los 12.000 kilos de centolla y su facturación se acerca los 143.000 euros, con un precio máximo de casi 28 euros. En lo respecta a la Cofradía de Aldán-O Hío, las capturas están por encima de los 1.300 kilos y los ingresos superan los 10.200 euros, según la plataforma Pesca de Galicia.
La mayoría de las capturas y las ventas se concentran entre noviembre y enero, coincidiendo con las fiestas navideñas. A partir de ese momento la demanda cae y no hay una pesca dirigida sobre este marisco. “Cuando se levanta la veda hay muchos barcos que se animan a cambiar de arte e ir a por esta especie. A partir de enero la pesca ya no es específica, sino más bien esporádica”, señalan desde los pósitos.
La campaña pasada fue buena para la centolla y se atribuyó a que había poco pulpo, que es uno de sus principales depredadores. “Este fue un buen año para las dos especies, hubo un equilibrio entre ambas”, destaca José Manuel Rosas. El cefalópodo se encuentra ahora mismo a punto de llegar al primer mes de veda y la nueva temporada de pesca comenzará el 4 de julio.
El acuerdo adoptado por mayoría en la Federación Provincial de Confrarías de Pontevedra es que la nueva campaña de la centolla comience el lunes 7 de noviembre (el domingo 6 se puede salir a largar los aparejos).
Preocupación por la “inasumible” escalada en el precio del gasóleo
El sector de la pesca artesanal está preocupado por dos cuestiones clave: el estado de los recursos pesqueros que garantizan su supervivencia y, desde hace meses, por la constante subida de los precios del combustible, que pone en jaque la viabilidad económica de las pequeñas empresas que constituyen cada una de las embarcaciones. El máximo responsable de las cofradías de Pontevedra afirma sin dudarlo que “las cosas van de mal en peor”. José Manuel Rosas argumenta que “ahora a lo mejor no se nota tanto porque en las Rías Baixas hay un sector muy importante de la flota que está parado, como es el de la nasa del pulpo. Como estos barcos están parados por la veda no consumen, aunque tampoco ganan dinero”.
El patrón mayor de Bueu y presidente de la Federación Provincial de Confrarías de Pontevedra afirma “esta escalada es inasumible” y vuelve a reclamar que desde el Gobierno central se articulen medidas, más allá de la bonificación de los 20 céntimos, que podría prorrogarse hasta finales de septiembre con algunas modificaciones. “Hay que buscar fórmulas, como poner un techo al precio del combustible profesional. La ayuda de los 20 céntimos por litro no sirve de nada si no se le pone un tope al precio del gasóleo”.
La subida desbocada de los precios ya provocó un paro total de la flota y protestas durante el mes de marzo. José Manuel Rosas advierte de que hay riesgo de que la situación vuelva a desembocar “en una paralización de la actividad o en un colapso por ser incapaces de asumir los costes”, insiste. Asegura Rosas que esta situación también afecta al relevo generacional. “Ya tenemos problemas y esta situación no anima a nadie; los barcos que hay a la venta no hay quien los quiera”, afirma el patrón mayor de Bueu.