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Vecinos de San Martiño rechazan el proyecto de un crematorio por ubicarse cerca de casas

En una concurrida asamblea a la que fueron ecologistas, esgrimieron la cercanía del tanatorio a dos colegios | El proyecto sigue pendiente del informe de viabilidad del Concello

Un momento de la asamblea de ayer, con varios carteles contrarios a la instalación. | GONZALO NÚÑEZ

La Asociación de Veciños de San Martiño se posicionó ayer en contra del proyecto de un crematorio en el Tanatorio de San Martín, en Moaña. Asistieron a la asamblea unas 80 personas, tanto vecinos de Abelendo como de otros lugares del entorno y participaron también representantes de Adega-Morrazo. Responsables de la empresa que gestiona el tanatorio explicaron, con ayuda de un técnico, el proyecto que pretenden sacar adelante y que daría a O Morrazo su primer servicio crematorio. Los vecinos reunidos, sin embargo fueron unánimes en el rechazo aunque alegaron que no se oponen a la actividad, sino a la ubicación prevista cerca de casas y a poca distancia de dos colegios. Propusieron como alternativa que el tanatorio busque un emplazamiento alejado de los núcleos de viviendas. De todas formas, la respuesta oficial está pendiente del informe de viabilidad solicitado al Concello.

Desde Adega, por su parte, cargaron contra los “compuestos químicos” de una chimenea “que sería industrial” y alertaron de la cercanía a manantiales y fuentes públicas, según Tonio Nogueira. Los asistentes acordaron celebrar una nueva reunión mañana, a las 21.00 horas, en el lavadero de Abelendo, para constituir una “Plataforma de afectados polo crematorio”.

El proyecto del crematorio presentado ante la administración local se contempla en las propias instalaciones del tanatorio, al lado del cementerio municipal de Trigás, en el barrio de Abelendo. El Concello todavía no ha emitido el pertinente informe de viabilidad de esa actividad en el emplazamiento pretendido. El concejal de Urbanismo, Odilo Barreiro, aseguraba ayer que estará concluido en cuestión de días, pues hace al menos 20 que fue solicitado.

Si finalmente se abre el crematorio, las incineraciones de cuerpos podrían realizarse en la propia comarca. En estos momentos los servicios de este tipo más cercanos son los de Terras de Pontevedra, en el polígono de A Reigosa (Ponte Caldelas) y los dos ubicados en Vigo (El Vigomemorial y Ermovisa).

Fue la propia empresa que gestiona el tanatorio la que avisó de sus intenciones a los colectivos vecinales del entorno, al ubicarse en un lugar bastante poblado y buscando el apoyo de las asociaciones al asegurar que no se trata de una actividad molesta y que no genera contaminación. De hecho, responsables de la empresa ya habían participado en una reunión de la junta directiva de la Asociación de Veciños San Martiño. Entonces informó de que se trataría de una sala con un horno crematorio y una chimenea de la que solo saldría vapor de agua. Se construiría en la zona trasera del inmueble del tanatorio, en un espacio que ahora mismo tiene uso de garaje. El horno tendría una capacidad limitada a dos o tres incineraciones al día.

La que sí dio el visto bueno fue la Asociación de Veciños de Quintela, que trató el asunto en asamblea después de que los promotores del crematorio explicasen su proyecto a este colectivo en el mes de abril.

Cada vez más común

La decisión de una incineración está cada vez más asentada en la cultura de toda España, hasta el punto de que ya en 2017 cuatro de cada 10 familias españolas optaron por la incineración de sus familiares fallecidos. Un informe de la Asociación Nacional de Servicios Funerarios (Panasef) ya estimaba entonces que en 2025 el 60% de las familias del país apostarían por este método para tratar los cuerpos de sus seres queridos fallecidos.

Estos planes no son los primeros de la empresa propietaria del Tanatorio San Martín de Moaña, pues en 2018 las instalaciones fueron ampliadas con más salas y un salón de actos que permite despedidas con más gente, dando cabida incluso a ritos de religiones no mayoritarias. Entonces se incorporaron dos nuevas salas mortuorias, pasando a un inmueble de dos plantas y cuatro salas que incluye un salón comedor con cafetería.

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