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La Mancomunidade explora en País Vasco, Navarra y Cataluña modelos de reciclaje para su puerta a puerta

Un representante de Zaldivia explica el sistema de recogida con columnas de cubos. | // D.P.

La Mancomunidade do Morrazo explora durante esta semana nuevos modelos para el reciclaje y compostaje de residuos en una visita organizada por la Diputación de Pontevedra a País Vasco, Navarra y Cataluña. Un recorrido que está resultando “muy positivo e interesante”, según explican los representantes del ente supramunicipal, que confían en implantar la campaña puerta a puerta para la recogida de biorresiduos en la hostelería durante el próximo mes de junio. Las maestras composteras de Cangas, Moaña y Bueu han comenzado una ronda de visitas por los establecimientos hosteleros de cada localidad para explicar el sistema y solicitar la adhesión de estos negocios, que tienen la consideración de “grandes productores”.

La comitiva del Revitaliza Pontevedra estuvo ayer en dos municipios de la provincia de Gipuzkoa: Zaldivia e Itsasondo. En el primero de estos municipios se apostó desde 2014 por un sistema de recogida puerta a puerta para los restos de la fracción orgánica, que permitió llegar en poco tiempo a un índice de recogida selectiva del 80%. “Están muy avanzados con respecto a lo que tenemos en Galicia y esperamos poder aplicar iniciativas en nuestras campañas”, explicaba ayer la gerente de la Mancomunidade do Morrazo, Alba Álvarez, que junto a la maestra compostera Paula Casal representa a la comarca en esta visita.

Los responsables municipales del ayuntamiento de Zaldivia expusieron a los integrantes del Revitaliza Pontevedra cómo se realiza la recogida puerta a puerta. Se emplean unos cubos que permiten contabilizar el volumen de residuos que genera cada vivienda a través de una técnica que consideran “bastante sencilla”: una pulsera de los operarios municipales que lee el contenido de cada colector. El impacto visual es mínimo, según explicaron: en las zonas urbanas se trata de unas simples columnas, mientras que en los núcleos diseminados del rural son casetas de madera “muy discretas que apenas distorsionan el paisaje”.

El interior de una de las casetas de madera con los cubos para la recogida, en Zaldivia. Gustavo Rivas

Desde la Mancomunidade do Morrazo apuntan que en este municipio ya se están planteando ir incluso un paso más allá, que consistiría en el pago por generación. Es decir, la tasa por la basura que pagaría cada vecino iría en función del volumen que genere.

En el caso del ayuntamiento de Itsasondo el 100% de los biorresiduos se tratan a través de composteros comunitarios y en el caso de los núcleos diseminados a través de puntos de depósito. El resto de las fracciones se recogen a través de un sistema puerta a puerta similar al que se quiere implantar en O Morrazo para la hostelería. Desde este ayuntamiento señalaron que al retirar la recogida de la basura orgánica se logró un ahorro de hasta 16.000 euros anuales.

En Itsasondo también desarrollaron un máquinas propias para mejorar la calidad del compost que se obtiene en los centros de compostaje. Un sistema que podría tener aplicación en Galicia, tal como señalan desde el Revitaliza. Se trata de separar los restos de los huesos de la carne, que no son válidos para el compost, y que se trituran para luego aportar calcio a la tierra. “Esto podría trasladarse a Galicia para las conchas de los moluscos”, señalan.

La comitiva del Plan Revitaliza, en la que participa la Mancomunidade do Morrazo, ayer en Zaldivia. Gustavo Rivas

La comitiva del Revitaliza Pontevedra está integrada por la Mancomunidade do Morrazo, Poio, O Grove, Sanxenxo, Vilagarcía, Valga, Soutomaior, Tomiño, A Guarda, Tui, Mondariz, As Neves, Ponteareas y A Cañiza y concluyó la mañana de ayer en tierras navarras, en la comarca de Sangüesa. Allí pudieron conocer las instalaciones de la planta de agrocompostaje “Josenea-Bio”, la primera instalación municipal de estas características en la comunidad foral. Se trata de un proyecto piloto en cooperación con la Universidad Pública de Navarra para aprovechar los residuos orgánicos desde una perspectiva circular y social y que se basa “en las personas y en las tecnologías sencillas, pero seguras y robustas”.

Los modelos estudiados se caracterizan por ser “más baratos, más efectivos con el reciclaje y con la creación de puestos de trabajo”, aseguran desde la Diputación. Por la tarde, la delegación pontevedresa llegó a Cataluña, donde hoy tiene previsto visitar Sort y Pallars de Sobirà para conocer sus sistemas de gestión de residuos y el modelo de puerta a puerta.

Operarios en Zaldivia muestran como funciona el sistema de recogida y lectura de los cubos. Gustavo Rivas

La participación de la Mancomunidade do Morrazo en esta experiencia llega en un momento en el que Cangas, Moaña y Bueu están a punto de implementar su propio sistema de recogida a puerta. El primer paso será la campaña con la hostelería para recoger los biorresiduos. Los tres concellos ya celebraron una serie de reuniones previas con el sector y ahora son las maestras composteras las que están visitando los locales para explicar personalmente la iniciativa, conocer sus necesidades y perfilar el sistema de recogida.

Cada establecimiento recibirá un contenedor marrón –los hay de tres capacidades diferentes– con cerradura, donde depositarán los restos de la fracción orgánica. Posteriormente, en una serie de días previamente fijados, un camión específico de la Mancomunidade do Morrazo se encargará del vaciado de estos colectores.

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