El presidente de la Xunta y flamante presidente nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo, llegó ayer a su casa familiar en Moaña para disfrutar de cuatro días de vacaciones en la villa. Llegó por la tarde al volante de su coche y desveló que “me voy a quedar hasta el domingo. Todo el tiempo que pueda para disfrutar de Moaña”.
Eso sí, al salir de la villa señala, con humor, que no se irá a Madrid. “Mi primera actividad tras estos días será un acto en Porriño”.
Mientras se dirige a su casa en O Morrazo varios vecinos le saludan y detiene el coche para conversar con ellos. Asegura que “en Moaña es habitual verme hablando con los vecinos”, indica para dejar clara su relación con la localidad.
Es más, en sus primeros minutos tras aparcar el coche, el presidente de la Xunta demostró estar muy informado de los asuntos más actuales de la localidad. Se preocupó por el estado del muro de A Masandía, acordonado desde hace un año, e incluso mostró su tristeza por que Costas obligue a desmontar la icónica terraza del Restaurante Marusía, inmortalizada en el libro de Domingo Villar “O último barco”. Tampoco tarda mucho, Feijóo, en recordar que Moaña tendrá pronto un nuevo y necesario centro de salud, que la Xunta construirá “en cuanto tengamos los terrenos”.
El líder del principal partido de la oposición en España llegó a Moaña con el buen tiempo y reconoce disfrutará “de las playas de Tirán en estos días”.
Alguno de los vecinos se acercan a conversar con la confianza de haberlo visto en múltiples ocasiones en la zona, con los primeros bañistas del año en el arenal de O Con como telón de fondo.
Por delante Feijóo tiene el reto de posicionar al PP como la gran alternativa de gobierno a Pedro Sánchez, pero parece tener claro que, con independencia del cargo, Moaña seguirá siendo su lugar preferido para recuperar fuerzas.
