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Vecinos hacen colas durante horas delante de Naturgy y promueven una concentración para el viernes

Vecinos ayer delante de la oficina de Naturgy en el centro de Cangas. | // GONZALO NÚÑEZ

Vecinos de Cangas se pasaron ayer horas delante de la oficina de atención al cliente de Naturgy, en la calle Baiona, a la espera de poder ser atendidos y hubo muchos que, cansados o por la necesidad de atender obligaciones laborales y familiares, tuvieron que irse antes de poder ser atendidos. En algunos momentos de la mañana llegó haber una cola de entre 20 y 30 personas, algunas de las cuales esperaban desde las 7.30 horas. Ante esta situación algunos de los afectados avanzaban que su intención es convocar una concentración el viernes por la mañana delante del Concello de Cangas para hacer presión y reclamar más personal.

La demora en la atención se debe fundamentalmente a dos causas: el elevado número de reclamaciones por el importe de las facturas, que se pasan al cobro con un consumo “estimado” del contador y a que actualmente hay únicamente una persona en la oficina, que trabaja ininterrumpidamente desde las 9.00 hasta las 17.00 horas. “Nuestra queja no es contra el personal, sino contra la empresa. Hay dentro hay solamente un empleado para atender todas las citas y no ha podido salir siquiera a tomarse un café. Si hay una persona de baja o de vacaciones lo normal es poner a otra en su lugar”, reivindicaban ayer a mediodía clientes que llevaban varias horas esperando.

Todos se quejaban de que resultaba imposible pedir cita por vía telefónica – “no te cogen el teléfono”– y si se tramitaba a través de Internet los primeros huecos libres son en el mes de mayo. “A mí me llegaron a dar vez para el 15 de abril... ¡pero es Viernes Santo y es festivo!”, explicaba una mujer, a la que poco después le cambiaban el turno para el 18 de abril.

La mayoría acude a reclamar por el importe de las facturas. Una vecina mostraba tres que oscilaban entre los 200 y los más de 300 euros. Había otro vecino que mostraba la factura de sus padres, que llegaba a los 350 euros con una lectura estimada, no real. “Son pensionistas y cobran menos de 800 euros. Pero mientras presentas la reclamación y la atienden hay que pagar”, se quejaba.

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