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Crean en Cangas un colectivo para frenar el turismo masivo y exigir un límite de visitantes

La playa de Rodeira, en el centro de Cangas, durante una tarde de julio del 2021. | Santos Álvarez

Un grupo de unas 30 personas acaba de constituir la “Plataforma de afectados polo turismo do Morrazo” con el objetivo de que las administraciones públicas implanten medidas para contener la llegada masiva de visitantes que la comarca sufre sobre todo en verano y lo hace basándose en argumentos como el desorbitado precio de los alquileres ante la falta de oferta o el impacto para el medio ambiente. Paula Costa, Jesús Graña y Dani Blanco ejercieron ayer como portavoces en la puesta de largo de un colectivo que aspira a sumar a más gente y que anuncia una pronta recogida de firmas “en donde los vecinos se puedan posicionar a favor de medidas de control del turismo. Igual que hay aforos en los teatros también los puede haber en los pueblos. En una villa de 26.000 habitantes no pueden entrar 80.000 personas”, señala Blanco en clara referencia a Cangas.

Jesús Graña, Paula Costa y Dani Blanco, ayer, presentando la plataforma en el salón de plenos cangués. / Gonzalo Núñez

Esta plataforma, que quiere sumar a más vecinos, alega que solo el 24,8% de los morracenses “obtienen algún beneficio económico de este sector” añadiendo que “la mayoría de nuestros vecinos padecen el turismo, no viven de él”. Califican el turismo masivo de responsable de “convertir a las localidades en villas fantasmas en invierno y escenarios masificados en verano”. Rechazan que genere empleo “porque son trabajos temporales y lo único que hace es cambiar el tejido productivo hacia un trabajo precario. En ciudades como Barcelona o Santiago queda claro que a más turistas, mismo nivel de paro”. Además de lamentar que las tiendas de barrio “acaben cerrando por comercios pensados exclusivamente para los turistas”, entienden que la gentrificación está “expulsando a los habitantes fuera de O Morrazo” con centros y parroquias muy afectadas por el turismo.

Aseguran, desde el primer colectivo de la comarca contrario al turismo, que la llegada masiva de visitantes “nos resta capacidad adquisitiva a todos”. Apuntan a que el 90% de las viviendas en alquiler en Cangas se destinan solo al periodo vacacional “y el precio sube cada año unas cinco veces el IPC, al tener que competir con los alquileres que pueden pagar los turistas por 15 días de vacaciones”. Advierten de alquileres por encima de los 500 euros en Cangas “más caros que en Santiago de Compostela”. En cuanto a la venta, “la mayoría de familias con dos sueldos no pueden comprar una vivienda y se tienen que ir de O Morrazo”. Alegan que este vaciado de las villas “provoca pérdida de vínculos y debilita eventos culturales organizados por asociaciones”. Sobre la movilidad alertan de que en horas punta, en verano, un vecino de O Hío “puede tardar hasta 50 minutos en llegar a Cangas”.

Más allá de la recogida de firmas, el colectivo que espera poner en jaque a uno de los grandes sectores económicos de la comarca asegura que los primeros pasos que quieren dar pasan por “concienciar a la gente sobre estos problemas. Muchos vecinos están siendo expulsados. Los propietarios tienen que reflexionar si les interesa sacar más dinero por alquilar en verano y después tener una villa vacía en invierno”.

Concellos

Paula Costa, que leyó el manifiesto, acusó a los Concellos de intentar buscar más visitantes cada año y sus compañeros incluso se plantearon “el cierre de las concejalías de Turismo”. Lanzan a los habitantes de O Morrazo la pregunta de “¿Quién quiere vivir en un lugar masificado como Sanxenxo?”.

“Los vertidos de este verano demuestran el impacto ambiental. O frenamos o desaparece la civilización”

La “Plataforma de afectados polo turismo” endurece su discurso al hablar de medio ambiente asegurando que “el turismo de masas es insostenible y sin lobbies económicos que lo mantuviesen estaría directamente prohibido”. Argumentan que el 8% de las emisiones totales de carbono proceden del turismo global y que en O Morrazo las consecuencias son claras “porque un turista gasta de media tres veces más agua que un vecino, genera más basura y usa el coche con mayor frecuencia en trayectos inútiles como recorrer 20 kilómetros para sacar una foto en una caracola y volver para casa”. Los impulsores de este colectivo recuerdan los vertidos de fecales que sufrieron las playas y la ría este verano en Cangas “porque las alcantarillas y depuradoras, muy deficientes, no resisten el aumento desmesurado de la población”. “Tenemos que frenar si no queremos que la civilización desaparezca”, alarman llevando al extremo sus temores. Indican que otras ciudades también se están organizando contra el turismo, “pero ya no tienen vuelta atrás, en Cangas todavía estamos a tiempo de revertirlo”, concluyen.

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