“Flores de 0utono” un perfil de Moaña

Amable Santos publica su segundo poemario con énfasis en sus recuerdos

Amable Santos, con su libro de poemas, en el paseo de Cangas.   | // S.A.

Amable Santos, con su libro de poemas, en el paseo de Cangas. | // S.A. / Juan Calvo

Amable Santos habla en su poemario de cosas que sucedieron en Moaña, de cosas terribles, en muchos casos, como el asesinato reciente de la señora Cándida o el suicidio de una señora que hace muchos años se adentró en el mar tras la muerte de su marido. Canta al Monte de Os Remedios, a la noche de San Xoán, a la Poza da Moura y nos llama la atención sobre la tristeza de la emigración, que tanto asoló su tierra en los años 50 y 60. Asegura que su intención era recordar lo que están en el olvido y rendir homenajes. De hecho, tiene un poema al gran Paco Ferreira, fallecido a finales del pasado año. Su libro es, en cierta medida, una postal nostálgica de la Moaña que guarda en su memoria. Pero también tiene versos para la pandemia, a la que dedica tres poemas. El libro está ilustrado por pinturas suyas, que quiso que figuraran en esta obra como complemento, pero también como arte en sí mismas.

Amable Santos indica que es un autor de tiempo. El libro que ahora sale a luz y que se puede comprar en las librerías de la comarca: Maraxe, Gamela, Vilafer y Pontillón, le costó dos años terminarlo. Muchas veces los versos interrumpían su sueño y se levantaba a escribirlos para que no se perdieran en esa fase casi de inconsciencia, Comenta que salieron 210 ejemplares a la venta.

Con esto de la pandemia no solo es difícil publicar, sin también presentar libros. Amable Santos apunta que el COVID paralizó la presentación de su libro y que tuvo que valerse de formas menos bulliciosas para dar a conocer su obra literaria, la segunda que ve la luz.

La vida de Amable Santos no es un poema, es una novela Nació en el barrio de Vilela, en la parroquia de Tirán, en el año 1948, donde dice que espera pasar lo que le queda de vida. Cursó estudios primarios y de bachillerato en la academia de Bernardino Graña y los tuvo que dejar a los 14 años porque las carencias en sus casa eran grandes y tenía que ponerse a trabajar. Pero su inquietud por aprender le llevó a cursar estudios a través de Radio ECA, la mítica emisora de Pontevedra que emitía clases diarias nocturnas. Tras jubilarse, decidió acudir al IES Rodeira donde durante once años recibió clases de Historia de Galicia, Gallego, Historia Contemporánea e Informática. Su pasión, además de la poesía, es la pintura al óleo, como se puede ver en “Flores de Outono”.

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