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Radiografía de un cambio “radical”, pero “respetuoso” en la reforma de la excolegiata de Cangas

Un momento de una de las charlas de ayer, que contó con proyecciones de como fueron los trabajos. Gonzalo Núñez

La portada renacentista de la excolegiata de Cangas luce desde hace unas semanas un cambio “radical”, pero “absolutamente respetuoso” con su historia y con sus materiales. Después de más de cinco meses de trabajo han concluido los trabajos de restauración de la iglesia canguesa, en los que intervinieron siete restauradores y se utilizaron hasta tres equipos láser para que el templo vuelva a mostrar su mejor cara. Para explicar en qué consistió ese cambio y cómo se ejecutó se organizaron ayer sendas charlas con la participación de técnicos de la empresa Tracer, Luisa García y Mario Danzé, que fue la adjudicataria del proyecto licitado por la Consellería de Cultura.

El principal problema al que se enfrentaron los restauradores fue la contaminación biológica que se extendía por toda la fachada. “Estamos hablando de vegetación, musgos o líquenes, una situación que además se agrava por la humedad del ambiente”, explicaba ayer Luisa García justo antes de comenzar la charla de la tarde. A esa vegetación había que unirle una abundante costra negra, formada por una capa de contaminación ambiental.

La fachada renacentista de la iglesia de Cangas ya restaurada. | // G.NÚÑEZ

“Durante los trabajos usamos un tratamiento puntero y con tecnología muy avanzada, con tres equipos láser para limpiar la piedra”, explicaba Luisa García. La prioridad era eliminar esa contaminación sin afectar a la piedra, por lo que desde el principio se descartaron otras técnicas más convencionales y que podrían erosionar o causar daños, como la limpieza con agua a presión.

Los restauradores también tuvieron que tener en cuenta el delicado estado en el que se encontraban las esculturas que se integraban en la portada de la excolegiata de Cangas. “Optamos por moverlas lo menos posible, por lo que se desmontaron y trataron en el mismo lugar”, explicaron durante sus charlas de ayer.

La escultura del Apóstol Santiago, con la cabeza recuperada. SANTOS ALVAREZ

Uno de los hitos de esta intervención, tal como reconocen desde Tracer, fue la recuperación y colocación de la cabeza de la escultura del Apóstol Santiago, que da nombre a la iglesia y es patrón de la localidad. La figura fue “decapitada” hace décadas y la cabeza se encontró en 2015 en una finca de la parroquia de Coiro. La obra de restauración se aprovechó para reintegrar la cabeza.

El proyecto de la Consellería de Cultura estaba presupuestado en 90.000 euros y Tracer en su propuesta para hacerse con el contrato aportó mejoras importantes, sobre todo relacionadas con el personal que intervino en las restauración. “Por contrato se nos pedían tres restauradores y dos oficiales de albañilería y nosotros ofrecimos siete restauradores, todos con experiencia en el trabajo con materiales pétreos”, contaba Luisa García.

Una de las restauradoras durante los trabajos en la fachada. SANTOS ALVAREZ

A mayores la empresa contó con asesoramiento externo para análisis geológicos y químicos que le permitiesen conocer con exactitud el estado de los bienes a restaurar. “Fue un trabajo muy intenso, con análisis, fotografías, planimetrías, tomografías... El resultado es un cambio radical, pero completamente respetuoso”, sentencian desde Tracer.

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