Nunca fue carpintero ni marinero de profesión, pero llevaba el mar y las embarcaciones tradicionales en la sangre. Por ello, la cultura marítima tradicional de Bueu e incluso de Galicia queda desde ayer un poco más huérfana. Víctor Domínguez Antas, presidente de la Asociación de Amigos das Embarcacións Tradicionais “Os Galos”, falleció ayer a los 66 años en Pontevedra, donde estaba ingresado desde hace unos días. Fuentes cercanas a la familia explican que estaba hospitalizado por culpa del COVID, una infección que se agravó por culpa de una patología previa. Las muestras de condolencia llegaron desde distintos ámbitos, como el Concello de Bueu o el Museo Massó, que se refieren a Víctor Domínguez como un referente de la cultura marítima local. La despedida e incineración se hará en la estricta intimidad familiar.
Víctor Domínguez asumió la presidencia de Os Galos en 2005, aunque durante toda su trayectoria fue un apasionado del mar, de las embarcaciones tradicionales y de la historia local de Bueu. Desde la asociación contribuyó a conservar esa memoria, a recuperar y aumentar la flota de barcos tradicionales, algunos de los cuales fueron donados al Concello de Bueu y al Museo Massó.
Recientemente recibió “con orgullo y como un honor” la donación por parte de la viuda de Staffan Mörling de la dorna polbeira del antropólogo sueco, que Os Galos se iba a encargar de restaurar. También es muy reciente el premio que le concedió FSC España –una organización internacional sin ánimo de lucro que promueve la gestión forestal responsable– por la casa de madera que construyó durante el confinamiento para sus sobrinos en un gran ciruelo en la finca trasera a su casa en Pescadoira.
“La muerte de Víctor nos cogió por sorpresa. En cierta forma él nos cambió la vida porque formaba parte de nuestra cultura e historia más recientes. Luchó por reivindicar siempre las tradiciones marineras y más nuestras”, destaca el alcalde de Bueu, Félix Juncal. El regidor también alabó su empuje y colaboración “mano a mano” para la rehabilitación del antiguo astillero de Banda do Río o de “Purro”. La recuperación de este espacio era fundamental para Os Galos, que hace unos meses amenazó con romper relaciones con el Concello de Bueu si no se impulsaba la segunda fase de la obra, que incluía el proyecto de musealización.
Víctor Domínguez era de alguna manera el responsable de que el propio Manuel González “Purro” no se jubilase del todo. Hace cuatro años lo convenció para que impartiese su magisterio en un taller para construir un bote polbeiro en las instalaciones de Os Galos en Petís, una colaboración que volvió a repetirse recientemente para la construcción de otra embarcación.
Desde la dirección del Museo Massó también ponen en valor la aportación de Víctor Domínguez. “Agradecimiento, agradecimiento, agradecimiento y más agradecimiento es lo que siento por la figura de Víctor Domínguez”, manifiesta la directora, Covadonga López de Prado. Recuerda que el presidente de Os Galos “fue una de las personas que en cuanto llegué al museo [en el año 2009] me abrió los ojos sobre el patrimonio de Bueu”. No solo con la donación de barcos o la ayuda para identificar, restaurar y conservar las embarcaciones tradicionales, sino también como acicate para estudiar y divulgar el yacimiento romano de Pescadoira, muy cerca de donde él vivió toda su vida. “Gracias a su interés desde el Museo Massó empezamos a solicitar la entrega de las memorias de las excavaciones y de los restos hallados, lo que después permitió que arqueólogos como Adolfo Fernández pudiesen hacer los estudios sobre las ánforas romanas de Bueu”, reconoce López de Prado. “Era una persona íntegra, de valores y coherente. Cada vez que hablabas con Víctor te daba una lección sin que él lo pretendiese porque no era de dar lecciones”, recuerda la directora del Museo Massó. “Es una pérdida tremenda para el patrimonio y la cultura de Bueu. Y también para nuestros corazones”, sentencia Covadonga López.
“Es imposible nombrar o resumir todo lo que Víctor contribuyó para Bueu: los encuentros de embarcaciones tradicionales, la colaboración en la cabalgata de Reyes o la donación de barcos para los espacios públicos, que simbolizan la generosidad que lo caracterizaba. Hoy el pueblo de Bueu queda un poco más huérfano”, concluye Félix Juncal.