Podría pensarse que la pandemia del COVID iba a propiciar una avalancha de furanchos por las condiciones de estos establecimientos más enfocados al aire libre, cuya finalidad es la venta del vino excedente de consumo propio procedente de las viñas de propiedad. Pero no ha sido así el caso en Cangas en donde las solicitudes de licencia se redujeron en esta última temporada a casi la mitad con respecto a las concedidas otros años. De las 59 de anteriores temporadas, este año, el Concello solo recibió 29 solicitudes para apertura de furanchos, por lo que la rama de loureiro, que es la típica que luce en los cruces de caminos o en las fachadas para anunciar estos establecimientos, se vio bastante menos.
En la parroquia de Cangas hubo uno; en Aldán otro; en Coiro el Concello dio solicitud para 9: Espíritu Santo, Romarigo, O Forte (3), Retirosa, Parada, Miranda y Pedreira; en Darbo también fueron 9: Cunchido (3) y uno en los lugares de A Madalena, Ximenu, Barreiras, Serra de Poente, San Pedro y Seixo. Por lo que respecta a la parroquia de O Hío también fueron nueve: Vilanova (3), Pinténs (2), Igresario (2) y Donón (2).
Entre las causas que baraja el Concello para este descenso están 5-6 bajas por haber dejado de producir o que ya no trabajan aquí; y otras tantas por haberse echado atrás a la hora de poner a la venta debido a los problemas o medidas sanitarias con respecto al COVID. Las exigencias para hacer frente a la pandemia, de distancia social, gel, uso obligatorio de mascarilla o limitación de aforos, entre otras medidas, han llevado a muchos furancheiros a no abrir como en otros años antes de la pandemia.
Bando del Concello
Precisamente esta semana, el Concello publicó un bando regulador para la autorización de la apertura de furanchos de cara a la nueva temporada en el municipio, que se extiende desde el 1 de diciembre al 30 de junio y de acuerdo al decreto 215/2012 de 31 de octubre de la Xunta y la ordenanza municipal de Cangas, de 14 de febrero de 2014.
En el bando consta que la autorización municipal se otorgará previa solicitud presentada por el interesado en el que haga constar el lugar exacto en donde se sitúa la actividad, el número de litros que pretende vender, la variedad o variedades de uva de la que procede y el período en el que se pretende poner a la venta su consumo que, en ningún caso, podrá ser superior a tres meses durante el período entre el 1 de diciembre y el 30 de junio. Fuera de este período no puede estar abierto ningún furancho.
La solicitud de las personas interesadas deberá de ir acompañada de una declaración responsable (Anexo II disponible en Información del Concello); fotocopia compulsada del DNI del solicitante; fotocopia compulsada del título en concreto que acredite la disponibilidad del establecimiento por parte del solicitante para su utilización como furancho; la documentación acreditativa de tener declaradas las viñas en el Registro Vitícola de Galicia; documentación acreditativa de haber realizado las declaraciones obligatorias del sector vitivinícola; la suscripción de una póliza de Responsabilidad Civil; y documentación acreditativa del pago de las tasas. Además, debe acompañarse la señalización del período de apertura, incluir un proyecto técnico firmado por un facultativo sobre el cumplimiento de la normativa técnica vigente en prevención contra incendios, sanitaria frente al tabaquismo y cualquier otra que resulte legalmente aplicable; análisis del vino puesto a la venta y memoria descriptiva de la cantidad de vino, o número de barriles utilizados para almacenarlo y su capacidad.
En cuanto a las polémicas tapas, ya reguladas por ley, solo se pueden ofertar un máximo de cinco. El horario de apertura de los furanchos será de 12:00 a 15:00 y de 19:00 a 24:00 horas.
