Dispuesta de senderista, la actriz Antía Costas espera a los espectadores al pie del Monte O Facho, allí donde desembocaba el material que salía de las excavaciones en vagoneta y que una parte de él sirvió para reconstruir el castro que hay frente al consistorio de Vigo. A partir de ahí empieza un recorrido por la época del siglo XVIII, con parada en la reconstruida aldea de Punxeiros, de la que la actriz nos relata sus orígenes y la manera de vivir de sus habitantes. Antes, tropieza con un ornitólogo y se une a la conversación un pastor. Son los actores Lois Soage y Omar Freire.
Y aunque la mañana se antojaba propicia para esta recreación histórica, había poco público para una experiencia que los que la vieron la agradecieron. De los presentes no había quien no saliese satisfecho de esta recreación histórica en O Facho, que ponía en valor este lugar. No era ayer un día de esos de una Caracola rodeada de autobuses y se había anunciado lluvia. Pero gustó y mucho la representación en la que se van encadenando épocas. Primero fue la del siglo XVIII, después vendrían la de edad romana y la castrexa. Los actores mostraban aquel tiempo con diálogos que servían para ilustrar cómo era la vida de entonces. Como asegura el director de la obra, Salvador del Río, se trata de una recreación histórica, no de ofrecer información en plan guía turístico.
Y así se recordó como el yacimiento de O Facho, donde se encontraron 170 aras, sirvió de cobijo a un dios, al que pusieron Berobreo y sobre el que descansaba la voluntad de sanar. Asegura Salvador del Río que ese lugar mágico se conecta con otro que está en la Costa de Morte, el de San Andrés de Teixido. No en vano, la capilla del lugar de Donón está dedicada a San Andrés. Señala que ambos son centros de peregrinación al que se acudía para ser sanados.
Los textos de la obra son de Santiago Cortegoso a partir de una idea original de Lois Soage.
Los que vieron ayer la representación la calificaron de muy interesante, de algo diferente y atractivo. Así que puede estar contento Teatro de Ningures. Incluso había algún espectador que pidió un bis, de esos que se ya se saben imposibles.