Natural de Darbo, Juan Rial Collazo Palleiro tenía 12 años cuando comenzó en el mundo de la música. Su afición por la música no era heredada, no había en su familia nadie que tocara un instrumento. “En mi familia no había tradición musical. Algo que yo si traté de inculcar a mis hijos y a mis nietos, uno de ellos, Xoán Campos es un reconocido pianista”, dice Juan Rial. Recuerda que comenzó en el año 1941 en la Banda Juvenil de Cangas, que pertenecía a la Falange Española. Allí estuvo un año nada más y se incorporó de inmediato a una formación de Moaña. Cursó estudios de música en una academia que se llamaba “El Ensayo”, que estaba en Fonteferreira. Durante 35 años tocó en los Chicos del Jazz, formación mítica que le llevó a estar presente en aquellos bailes de Vigo, que se realizaban en el Continental hasta amenizar las veladas del Real Club Náutico de Vigo, cuando a ese lado de la vida la postguerra no era más que un nombre y alguna estampa de niños desnutridos y descalzos por las calles de Vigo. Juan Rial Collazo recuerda cuando en 1940 tocó descalzo en la fiesta de la Niña María que se celebraba en el colegio de las monjas el 21 de noviembre. El mismo reconoce que eran malos tiempos. Los bailes con orquesta servían para secar alguna lágrima y, por momentos, olvidarse de lo difícil que era tener pan blanco. Con los Chicos del Jazz habría de recorrer no solo Galicia, sino también España.

Juan Rial, ayer en Cangas | //

Pero Juan Rial Collazo Palleiro no solo vivía de la música, no se lo podía permitir. Alternaba esta profesión con la de pintor en Massó. Asegura que el dueño de la conservera permitía que pudiese compaginar ambos trabajos. “Todos los meses de verano los pasaba en orquestas”. Recuerda también con especial afecto la época en la que formó parte del grupo “Ramos y sus mambos”, donde Rial marcaba el ritmo de esta orquesta alegre y llena de sabor. Más tarde fue miembro de un grupo de Moaña que se dedicaba a hacer bodas, más tarde fue a parar a la Banda Cultural de Arcade, alternando con otros músico-vocales. Pero no solo se dedicaba al difícil oficio de músico, también componía: pasodobles, marchas procesionales, rapsodias. Juan Rial se define a sí mismo como un compositor autodidacta.

Rial (a a la derecha) en una boda en el Continental | //

Con 81 años de oficio a sus espaldas decide que ya es tiempo de parar, de ir de sitio en sitio con una formación musical, que aunque el cuerpo aguante, la cabeza ya se le va un poco. Lo dice con una amplia sonrisa de aquel que sabe que no es nada fácil llegar a los 93 años y permanecer 81 en el mundo de la música tanto tiempo continuado. Nadie le empujó a tomar la decisión. Sabe que es mejor dejarlo después de semejante trayectoria. Juan Rial guarda con esmero sus recuerdos, sus fotos antiguas, donde aparecen los grupos a los que perteneció. Son retratos también de otra época, que ya no se vuelve a repetir. Él cobraba todos los meses del año cuando estaba con los “Chicos del Jazz” o “Ramos y sus mambos”. Afirma que decidió anunciar que se jubilaba de la música porque por ahi decían que andaba desaparecido, que no sabían en qué formación estaba ahora o si se había marchado de Mornura.

Juan Rial con la orquesta Ramos y Mambos. | // SANTOS ÁLVARE

Esos 93 años los lleva muy bien. Apenas necesita un bastón para apoyarse a andar. La vida de Juan Rial no tiene una banda sonora, tiene cientos.