Cada vez que se organiza algún cotarro en el centro de Cangas se corta el tráfico en el acceso al casco urbano. Uno de los desvíos es por Longán y las vallas con el cartel que advierte de esos cambios de circulación temporal ya se deja, por comodidad, directamente en este punto y en la rotonda de A Pedra Alta. Eso sí, ambas están convenientemente encadenadas, de forma que nadie pueda hacer la broma de llevárselas para casa.
La paciencia de los equipos de vacunación
Las profesionales del equipo de vacunación que ayer inocularon la tercera dosis a los usuarios de la residencia de mayores de Aldán tienen una paciencia infinita. Y no lo decimos por los vacunados, que siempre tienen un comportamiento exquisito, sino por las esperas para recibir las dosis. Ayer más de una hora y media estuvieron aguardando a que llegasen pese a estar preparadas desde primera hora. Esperemos que estas esperas se deban a que, al vacunar a tanta gente cada día, el encargado de los repartos está especialmente atareado. Sería una buena señal de que se mantiene el ritmo alto de vacunación.
La tromba de agua puso a prueba la velocidad de la gente
La tromba de agua tras una tormenta que cayó ayer, por sorpresa, sobre O Morrazo pasadas las 19.00 horas cogió a todo el mundo desprevenido. Estaba fuera de los pronósticos del tiempo y se repitieron las escenas de la gente corriendo para refugiarse en portales. Puso a prueba el estado físico y la velocidad de los que caminaban tranquilamente por la calle.
