El Colegio Público de Educación Especial Saladino Cortizo de Vigo no tendrá este año, por primera vez en medio siglo, trabajadora social, tras la jubilación de la persona que desempeñaba ese cargo. El Anpa del centro, con apoyo del consejo escolar, ha manifestado sus quejas ante Educación y no descarta incluso movilizarse en la calle. Entre las familias afectadas se encuentra al menos una decena de O Morrazo, pues es habitual que muchos alumnos del centro de la Asociación Juan XXIII de Cangas cuente con jóvenes que proceden del Saladino Cortizo.

En su escrito, el colectivo de padres y madres asegura que las trabajadoras sociales de este colegio nunca fueron administrativas, como se alega para amortizar la plaza, sino que son "las enfermeras de la salud social de nuestros hijos" y aseguran que de la continuidad de este puesto "depende el futuro de cada uno de nuestros hijos". Explican, para intentar que se recupere este puesto, que la figura de la trabajadora social es "decisiva, porque fue desde siempre el cemento de las familias de este centro" y recuerdan que su situación es "compleja" por la dispersión del alumnado, que procede de 16 concellos diferentes de todo el sur de la provincia.

Además, alertan de que "tenemos como mínimo un 35% de familias usuarios de servicios sociales en riesgo de exclusión social" y ya empiezan a contar con nuevas generaciones de alumnos cuyos progenitores estudiaron también en este centro en el pasado. Por ello, entienden que es esencial la trabajadora social para colaborar con "todas las familias que intentamos ayudarnos en red y luchar contra estas limitaciones". Aseguran que esta profesional se encargaba de "impulsar las mejoras sociales, detectar las necesidades antes que cualquier otra persona y atender a las familias más vulnerables".

El Anpa rechaza que sus casos deban derivarse a servicios sociales de los Concellos, porque "todos pasamos diariamente por asistentes sociales municipales y nos encontramos con que están asfixiados y con listas de espera interminables", por eso reclaman que se recupera el puesto de trabajador social del colegio para atajar problemas familiares básicos. Recuerdan todos los trámites específicos que deben afrontar las familias de niños en educación especial y señalan que cuando los estudiantes abandonan el Saladino Cortizo van, en su mayor parte, a centros concertados por la Xunta que sí cuentan con trabajadores socielas, "porque son fundamentales en los equipos de formación y gestión".