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La plaza de abastos pierde clientes de hostelería por las constantes multas de estacionamiento

Plaza de abastos de Cangas. | // GONZALO NÚÑEZ

Además de los problemas de limpieza que presenta la plaza de abastos de Cangas, reconocidos ayer por miembros de la propia asociación de vendedores (niegan la existencia de ratas como mantiene el PP), el colectivo se enfrenta también a otro problema de envergadura que se antoja también tan preocupante y que al que la alcaldesa Victoria Portas se niega a ofrecer soluciones. Se trata de las numerosas multas que reciben los dueños de restaurantes de Cangas y otros municipios de la comarca que acuden a comprar a los puestos. Según explica una de las directivas de la asociación, Rebeca Rodríguez, los restaurantes se sienten amenazados por esta persecución policial e incluso llegaron a transmitir a los vendedores la posibilidad de marcharse a otras plazas de abastos a comprar donde no tienen estos inconvenientes.

En las inmediaciones de la plaza, el número de plazas de aparcamiento es mínimo. Solo hay reservado espacio para carga y descarga del lado de la puerta principal y al otro línea amarilla y estacionamiento solo por 30 minutos. La mayoría de los dueños de los restaurantes de Cangas no acuden en furgoneta serigrafiada a realizar la compra, sino que lo hacen en sus vehículos particulares, como bien apunta Rebeca Rodríguez, de ahí que estén expuestos a las continuas multas de la Policía Local.

La asociación de vendedoras de la Plaza de Abastos considera que la limitación de 30 minutos representa un problema para los restaurantes, a los que no les da tiempo a surtirse en el mercado, que como bien recuerda Rebeca Rodríguez, tras Frigoríficos y Lago Paganini son la tercera empresa de Cangas (80 puestos de venta). Considera que la actual forma de proceder del gobierno con el aparcamiento daña la actividad y no encuentra razones convincentes por parte de la alcaldesa para impedir que se retorne al método de las tarjetas, esas que se les entregaba a los dueños de los restaurantes y que les permitía estacionar en las inmediaciones de la plaza sin límite de tiempo. La asociación reclama que se imponga la Zona Azul, de la que tanto se habló y que nunca se puso en marcha.

El gobierno local manifestó ayer su intención de que se eleve el límite de tiempo de 30 a 45 minutos o una hora, pero rechaza de plano que se vuelva al sistema de las tarjetas, porque las considera discriminatorias.

“Nunca estuvo tan limpia como con Sagrario Martínez”

La asociación de vendedoras de la plaza de abastos asegura que desde que se cambió de empresa la limpieza del inmueble no se hace de la misma manera. Asegura que ahora mismo es un déficit y que no se puede limpiar solo con agua. Comenta Rebeca Rodríguez que la plaza nunca estuvo tan limpia desde que cuando la concejala socialista Sagrario Martínez se ocupaba del área de Comercio de Industria, del que tuvo que dimitir tras la ruptura del gobierno entre ACE y PSOE. Esta situación también se la expusieron los vendedores a la alcaldesa en una reunión que tuvo lugar el lunes y de la que no salió ningún acuerdo, más bien aumentaron las diferencias entre las partes, como bien señala Rebeca Rodríguez. Asegura, además, que a los vendedores es a los primeros que les interesa que la plaza de abastos esté limpia y con la desratización realizada si se detecta la presencia de estos roedores dentro o fuera de la plaza. Ella asegura que no se vieron últimamente.

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