Grito de ayuda y desesperación de Pablo Costas, el capitán gallego de "El Cobijo", pesquero que lleva desde diciembre de 2020 retenido en Yemen, con otros 32 tripulantes a raíz de una denuncia de Australia por presunta pesca ilegal. En declaraciones a la cadena SER, el marinero de Bueu relata una "situación de extrema urgencia, ya que no tenemos comida, no tenemos agua para lavarnos, el agua que usamos para beber no tiene garantías de que sea potable, por eso la tenemos que hervir varias veces. Dormimos al raso donde podemos y las ratas andan en todas las estancias del barco", confesaba Costas a esta emisora.

Un SOS que llega ante la "indefensión total" que aseguran sufrir por parte de las autoridades españolas, "mientras el consulado de Riad, que es el que lleva el caso, no nos da respuesta".

La Xunta, según asegura la conselleira do Mar, Rosa Quintana, "está en contacto permanente con el Ministerio de Asuntos Exteriores. Pretendemos que le llegue toda la ayuda que se pueda, pero no sabemos cuándo; lo primero es atender humanitariamente a esta persona", declaró en las últimas horas la titular autonómica.

Hace casi un año...

Tras una inspección en el Índico, en junio de 2020, por parte de las autoridades australianas, "El Cobijo" fue denunciado por pesca ilegal. Las autoridades del país árabe, adonde el barco llegó por indicación del armador de origen somalí, le entregaron la comunicación de condena a tres meses de prisión, cursada por la Interpol, a instancias de Australia. Pero desde entonces, y según informa el asesor de la CUT, nada se ha sabido sobre la confirmación o suspensión de esa sentencia, en una situación de indefensión jurídica, que el miembro de este sindicato califica de secuestro y de abandono por parte del armador.

Los vecinos de Bueu están volcados con el caso y han llenado el pueblo de carteles y pancartas con los lemas “Bueu quere que Pablo volva a casa” y Non ó secuestro de Pablo”, entre otras iniciativas que articula una plataforma formada por los más allegados al marinero gallego.