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La Policía pone cepos a los coches de extranjeros para cobrar la multa impuesta

Solo se cobra la sanción, no el servicio, porque Cangas carece de una ordenanza que lo regule

La Policía Local de Cangas comenzó este fin de semana a inmovilizar con cepos vehículos a vehículos de ciudadanos extranjeros que hubiesen cometido una infracción en la zona de playas. Desde la Policía se asegura que es la única forma de garantizar el pago de la citada multa. De hecho, los propietarios de los tres vehículos a los que se les puso cepos este fin de semana pagaron la multa para que la Policía liberara sus vehículos. Los casos se dieron en la zona de Nerga. El Concello de Cangas carece de ordenanza de utilización de cepo, por eso solo se cobra la multa por la infracción cometida. Desde el Concello se decidió poner el marcha este servicio porque este año se había detectado mucha presencia de vehículos extranjeros.

Por cierto, este fin de semana el número de sanciones en playas descendió respecto al anterior. Los agentes sancionaron 120 vehículos, lo que el fin de semana anterior se hizo solo en un día. Se noto el hecho de que las playas no estaban tan concurridas debido al anuncio del paso de un frente que anunciaba lluvias y que después no fue para tanto.

Por otra parte, Guardia Civil y Policía Local mantuvieron ayer una nueva reunión de coordinación para colaborar juntos en el control de la movida nocturna de Cangas, que aumentó notablemente en los últimos fines de semana, precisamente desde que el ocio nocturno puede abrir hasta las 03.00 horas.

La intención del gobierno de Cangas es de disponer de más efectivos para la próxima semana, que parece que se antoja va a ser complicada.

Los dueños de los locales de ocio nocturno también quieren que esa presencia policial en las calles no merme sus negocios, que tuvieron ya que soportar un duro confinamiento. Este fin de semana pasado estuvieron por las calles de Cangas tres patrullas de la Policía Local y tres de la Guardia Civil. El problema principal se centra en que todos los locales están obligados a cerrar una hora y las fuerzas del orden hace cumplir el decreto de la Xunta. De ahí que, de repente, en las calles haya más de mil jóvenes.

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