La corporación de Bueu exigirá en el próximo pleno del mes de septiembre la repatriación de Pablo Costas, el marinero buenense que lleva once meses atrapado en Yemen. Ese es el acuerdo que ayer alcanzaron en la junta de portavoces los representantes de BNG (Xosé Leal), Partido Popular (Elena Estévez), ACB (Julio Villanueva) y José Manuel Vilas (PSOE) además del alcalde, Félix Juncal, en una reunión a la que también acudió el asesor de la Coordinadora Unitaria de Traballadores (CUT) en Cangas, Manuel Camaño, y el hermano del marinero, Víctor Costas.

Los responsables de las cuatro formaciones con representación municipal mostraron su respaldo a la causa del marinero de A Portela y adelantaron que en el pleno del mes de septiembre se aprobará una declaración de carácter institucional en la que se exigirá al Ministerio de Asuntos Exteriores que ofrezca una solución urgente al caso de Pablo Costas. El regidor buenense subraya que “se trata de un tema de humanidad, ya que Pablo está abandonado y olvidado y merece la preocupación y el respaldo del gobierno español”.

Los grupos consensuarán una declaración institucional para pedir soluciones al Ministerio de Asuntos Exteriores

Camaño, por parte de la CUT, apuntó que desde el sindicato llevan meses tratando de encontrar ayuda en el Gobierno español, sin que hasta el momento se haya solucionado el problema. De hecho hoy está convocada una concentración informativa a las 11 de la mañana delante de la casa consistorial de Bueu. Esta consistirá en el reparto de carteles y pancartas entre los asistentes al evento. Víctor Costas, hermano del marinero en Yemen, puso de manifiesto que la situación por la que está atravesando Pablo “es terrible, con temperaturas altísimas, sin alimentos y con presencia de roedores en el barco”.

Pablo Costas, de 54 años de edad, permanece retenido en el puerto de Al Mukallah (Yemen) desde diciembre de 2020, junto a otros 32 compañeros del pesquero “Cobija”, del que él es el capitán. La causa es una denuncia de las autoridades australianas, que acusan a la embarcación de pesca ilegal. En junio había sido inspeccionado por una patrullera australiana y siguió ruta hasta que el armador le ordenó tomar rumbo a Yemen. Allí fue donde el capitán recibió la orden de detención cursada por la Interpol. La familia denuncia que desde entonces está viviendo una enorme indefensión jurídica y el abandono por parte del nuevo armador, de origen somalí.