Las visitas al Parque Nacional Illas Atlánticas son uno de los principales reclamos turísticos de la comarca de O Morrazo. Los viajes a Cíes y a Ons forman parte de los planes más solicitados por visitantes y los propios de vecinos de la comarca. Una demanda que se deja notar y mucho. En estos momentos es imposible conseguir un billete para Cíes antes del 22 de agosto, con su cupo de 1.800 visitas diarias agotado. El acceso a Ons es más sencillo, aunque también encara el final del mes de julio con el cartel de “no hay billetes”.
El archipiélago de Cíes sumaba hasta ayer un total de 44.862 visitas en julio. Desde el día 8 se ha completado el tope máximo de permisos autorizados prácticamente todos los días: solo quedaron cuatro plazas libres el 12 y 16 de julio, cinco el 14 de julio y seis el 18 de julio. Desde la jornada del 19 el número de visitantes diarios no ha bajado de los 1.800 que se permiten como máximo cada día.
A estas cifras hay que unir los viajes del mes de mayo y junio. La temporada arranca a partir de la segunda quincena de mayo y durante esas dos semanas las personas que acudieron a Cíes fueron 3.795. Ese número creció de manera importante en junio, con más de 27.000 personas. A finales de ese mes, en las jornadas del 26 y 27, ya se registraron los primeros llenos, con el cupo de billetes agotados.
Así, hasta ayer visitaron Cíes más de 75.700 personas. Si se cumplen las previsiones recogidas en la página web de reservas de la Consellería de Medio Ambiente [https://autorizacionillasatlanticas.xunta.gal/] hasta el próximo 21 de agosto pasarán por este archipiélago 45.000 visitantes más. En conjunto, se superarían las 120.000 visitas. A esta cifra aún habría que unir la de los campistas que pernoctan en el camping del archipiélago, un dato que no aparece reflejado en la web de Medio Ambiente.
El tope máximo autorizado para la isla de Ons es ligeramente inferior que el de Cíes. En el caso del archipiélago de Bueu, el Plan Rector de Usos e Xestión (PRUX) permite un máximo de 1.300 personas diarias. Una cifra a la que aún habría que sumar las personas que acuden a la zona de acampada de Chan da Pólvora y el cupo reservado para los vecinos de la propia isla, con hasta 800 plazas al día.
Los datos aportados por la plataforma de la Consellería de Medio Ambiente indican que durante el mes de julio [hasta ayer] visitaron la isla más de 22.100 personas, sin contar campistas e isleños. El primer día que se completó el cupo de 1.300 visitas fue el 10 de julio. Volvió a repetirse en las jornadas del 11, 17, 18, 21 y 22. En la jornada del lunes quedaron menos de 70 vacantes y desde ayer martes hasta mañana jueves no hay reservas disponibles. Para el fin de semana hay aún billetes, pero todo indica que si la meteorología es favorable podrían agotarse en breve.
En el mes de mayo el número de viajes a la isla fue muy escaso, en su mayoría por parte de vecinos de la propia isla. Fueron en total 519 personas. Una cifra que subió de manera considerable en el mes de junio, con más de 6.300 reservas.
Para poder viajar a cualquiera de los dos archipiélagos del Parque Nacional Illas Atlánticas es necesario tramitar una reserva a través de una plataforma online. Las visitas se pueden tramitar con hasta 90 días de antelación y una vez obtenido el permiso los usuarios disponen de dos horas para comprar el billete con la empresa naviera que deseen.
“La gente busca espacios al aire libre y viene con ganas de gastar”
La responsable del grupo empresarial Acuña, María Jesús Otero, asegura que el sector está trabajando “de maravilla” en esta primera mitad del verano. Cíes y Ons aportan precisamente lo que más se demanda en estos momentos de pandemia: “La posibilidad de disfrutar de actividades y espacios al aire libre”, explica.
El archipiélago de Cíes sigue siendo la joya de las Illas Atlánticas, el que cuenta con un mayor tirón. “Cuando se agotan las plazas para ir allí los visitantes se fijan en Ons y eso también tira de la demanda. Es muy posible que durante el mes de agosto también se llegue al lleno”, augura. Una de las mejores noticias para el sector hostelero es que los visitantes llegan con ganas de gastar y consumir. “El año pasado, con el tema de los ERTE, se medía más. Se traía o compraba bocadillos y se iba a la playa. Ahora se nota que hay ahorros y tienen ganas de gastar y disfrutar de las vacaciones”, concluye María Jesús otero.
