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“Busco piso en donde se admitan mascotas”

Antonia Sueiras no consigue encontar en la comarca un estudio para estar con su perra

Antonia Sueiras, con su perra Rose, con la que duerme en su coche.

La perra es propiedad de Antonia Sueiras. Eso no lo pudo variar ni el divorcio por el que pasó esta vecina de Meira que está desesperada con las inmobiliarias y los propietarios de pisos en Cangas. Desde principios de año hizo lo imposible para buscar una vivienda en la que pudiera estar con su perra Rose, ya con 12 años y atristis. Recorrió todas las inmobiliarias de O Morrazo y en todas obtuvo las misma respuesta: “no se admiten mascotas”. Ella incluso está dispuesta a firmar una cláusula por la que el dueño de la vivienda la pueda echar si el perro no se porta correctamente y tiene quejas de los vecinos. Afirma que su perra es muy tranquila, que ya está en esa edad en la que no da problemas, aunque ella insiste en que nunca los dio.

No solo recorrió las inmobiliarias de la comarca en busca de un piso que poder pagar y vivir con su perra, también acudió a las páginas de Internet. Pero allí no encontró nada diferente. Las ofertas eran para personas que no tuvieran mascotas. Ella explica que entiende que pudieran tener malas experiencias con personas con perros o gatos, pero considera que debe haber una segunda oportunidad. Está molesta, porque entiende que hasta los okupas tienen más derechos que las personas que buscan piso para vivir con sus mascotas y está dispuesta a responder de los perjuicios que causa, si es que los causa.

Ahora mismo vive en un coche con Rose. La perra duerme en la parte trasera y ella en el asiento del copiloto. Así lleva dos meses, aunque durante un corto periodo de tiempo vivió con su hijo, a cuya casa vuelve todos los días para asearse. La noche pasada, Antonia Sueiras durmió en su coche en el aparcamiento de Altamira. No quiere ir mucho más lejos porque tiene miedo. En este parking público se siente más protegida.

Ayer por la tarde iba a probar suerte a Vigo, aunque ella lamentaría mucho tener que marcharse de su tierra. Pero tampoco las tiene todas consigo. Por teléfono le preguntaron cuanto pesaba la mascota. Tampoco aceptan animales con más de 5 kilogramos de peso. Su perra Rose pesa 29 kilogramos.

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