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Un oasis de actividad gracias a la inmunidad

Actividad, ayer, para conmemorar el próximo Día das Letras Galegas.

Los 142 mayores de la residencia de DomusVi en Aldán recuperan poco a poco su normalidad, con todos sus usuarios y trabajadores vacunados. Aunque todavía comen y utilizan mesas comunes en “grupos burbuja”, comparten espacios solo sectorizados entre la primera y la segunda planta. Disfrutando por lo tanto de una compañía más numerosa tanto en los paseos como en la actividad física y de ocio diaria. Que contrasta, para bien, con la escalada de contagios en Cangas y las mayores limitaciones de actividades por el paso a nivel de riesgo alto. Desde finales de 2020 en la residencia no se registran positivos por coronavirus y entonces fue un trabajador. Ahora los usuarios y los 90 empleados están totalmente inmunizados y el miedo va quedando atrás. El cambio de nivel de Cangas solo les repercute en que las salidas a casa de familiares pasa de un máximo de 5 a 3 días.

Desde el centro explican que dos usuarios, de nueva entrada, tienen la primera dosis puesta de la vacuna y aguardan por la segunda. El resto ha completado ya su ciclo de vacunación e incluso la familia que en un primer momento se negó a las dosis para su mayor, finalmente aceptó la vacuna. Este incremento de la libertad incide positivamente en la calidad de vida de los mayores, como se aprecia en las sesiones de gerontogimnasia que hacen todas las mañanas con el fisioterapeuta del centro.

Actividad de gerontogimnasia, ayer, con el fisioterapeuta.

Además DomusVi, que ayer ofreció una valoración telemática de sus centros a nivel nacional, ya permite a los familiares tener contacto físico con sus mayores y por fin pudieron regresar los abrazos tan deseados. Esta misma semana se abrió a seis visitantes a la vez –un familiar por usuario– el número de personas que pueden acceder desde el exterior. “La idea es seguir ampliando los visitantes a medida que llegue el buen tiempo y puedan pasear por fuera”.

Se trata de la “normalidad” más deseada en toda la comarca. Y es que durante la primera ola de la pandemia el geriátrico de Aldán fue el espacio más azotado por el COVID-19 de O Morrazo. Los fallecimientos y la alta tasa de contagiados llevó a una intervención de la Xunta de Galicia. Sin embargo, desde junio de 2020 y gracias a la implantación de protocolos muy estrictos, el centro consiguió sortear el resto de olas de coronavirus.

Eso sí, lejos de relajarse, el centro sigue con cribados semanales para atajar lo antes posible cualquier rebrote. Así, a través de la Xunta realizan cada 15 días un cribado masivo y las semanas sin estas pruebas DomusVi organiza test de antígenos a residentes y personal.

Con este regreso paulatino a la vida prepandemia, queda esperar a que en los próximos meses los mayores de la residencia de Aldán puedan liberarse de las mascarillas en todo lo posible.

Vuelven los abrazos de familiares, más de un año después.

EPIs para aguantar 70 días sin suministros

El enorme susto vivido durante la primera ola en la primavera de 2020 dejó varias lecciones bien aprendidas en las residencias. Ayer DomusVi explicó algunas de las medidas adoptadas desde entonces en todos sus centros. El de Aldán logró el certificado de seguridad y para ello, entre otras medidas, se dotó de material como EPIs para el personal y para familiares, desinfectantes o gel hidroalcohólico suficiente para poder aguantar 70 días en el caso de que se produzca desabastecimiento, como ocurrió durante las primeras semanas de la pandemia. Se trata de un material que no utilizan en el día a día y permanece almacenado. Asimismo, se dotaron también de vestíbulos itinerantes para dividir, si hay algún brote, las llamadas “áreas limpias de las sucias”, y atajar en lo posible el riesgo de contagios entre usuarios. A esto se le suma un plan de contingencia con formación al personal y nuevos protocolos de desinfección en marcha desde hace casi un año.

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