Cuatro años después de que Cangas anunciara la incorporación “inmediata” de su Policía Local al Sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género (VioGén) del Ministerio del Interior, con el fin de mejorar la protección a las víctimas en el término municipal, la participación de sus agentes aún no se ha concretado, aunque parece más próxima tras la reunión que mantuvieron ayer los representantes del Concello con la jefa de la Unidad Contra la Violencia sobre la Mujer de la Subdelegación del Gobierno en Pontevedra, Manuela Vilaboy. La intención es reforzar el servicio, que ahora asume exclusivamente la Guardia Civil, con varios agentes de la Policía Local que tengan formación específica en esta área y que se incorporarán a esas tareas a partir del verano, según esas previsiones. Antes, la medida deberá ratificarse en Xunta de Goberno Local y definirse en un convenio con la Guardia Civil para el "reparto" de las víctimas a proteger.
La Benemérita carga actualmente con el peso de la protección a las mujeres víctimas de violencia en Cangas y en las próximas semanas remitirá al Concello un “protocolo de coordinación” con la Policía Local, según adelanta el inspector jefe, Alberto Agulla, que participó en la reunión de ayer con Manuela Vilaboy, presidida por la alcaldesa, Victoria Portas, y en la que también estuvo presente la directora del Centro de Información á Muller (CIM), Paula Tenorio. El asunto se analizará también en una próxima Xunta Local de Seguridade, todavía sin convocar y que, además, incluirá en el orden del día la ratificación del convenio entre la Guardia Civil de Tráfico y la Policía Local sobre el nuevo reparto de competencias en los viales del municipio.
La intención de participar con medios municipales en VioGén –un sistema que pretende integrar toda la información policial, judicial y penitenciaria para garantizar el seguimiento de las víctimas y sus agresores– no es nueva. En la primavera de 2017, desde el Concello se anunció que ese mismo verano serían tres los agentes que, debidamente formados y dotados de medios materiales, se integrarían en ese dispositivo, al que progresivamente podrían sumarse otros compañeros. Todos asistirían a cursos de formación, organizados por la Subdelegación del Gobierno y con apoyo de la Guardia Civil, y contarían con las armas necesarias para realizar su cometido con garantías. La escasez de personal y la eliminación de la brigada nocturna truncaron aquellos planes, y ahora se retoman con más agentes en plantilla y la recuperación del servicio nocturno pendiente de resolver.
