Las palomas saben buscar el mejor lugar para hacer sus nidos. Prefieren la tranquilidad que ofrece el casco vello de Cangas, ya sin apenas coches y sin asaltantes a los comercios y hostelería local. Buscan los rincones en las alturas y no hablan de paz, ni traen ningún ramo de olivo. Se contentan con traer comida para sus crías, que ya es importante en estos tiempos.

Cangas, el triángulo de las Bermudas

El Concello de Cangas es ya como el triángulo de las Bermudas. En una ocasión, no hace mucho, desapareció un anillo que se había localizado en las excavaciones del monte O Facho y que después, de manera sorprendente, se encontraba en un cajón de unas dependencias muncipales. En estos días se desveló la desaparición de un documento tan importante como la cesión al concello de la obra y los fondos bibliotecarios de Bernardino Graña y su padre al Concello de Cangas. Fue a aparecer en una casa particular. Después hay otros informes y subvenciones que desaparecen cual poltergeist, en la niebla de la televisión. Pero son estas las cosas que hace interesante y divertido a un Concello como el de Cangas.

Los pescadores con caña aumentan

Los pescadores con caña en la zona portuaria de Cangas aumentan día a día. Es otro fenómeno de estos que hay que estudiar. A alguna universidad le valdría incluso como tesis doctoral. Y no solo crecen en el puerto, sino que ahora también se ven en Rodeira, dando sedal a la pieza desde una silla.