Un Día del Trabajo para estrenar matrimonio
Para la ternura siempre hay tiempo. Y también para formalizar un proyecto de vida en común, que dirían los puristas. Así lo confirma una pareja que pasó ayer por el “altar” del consistorio de Cangas, sin reparar en el descanso a que invita el Día Internacional de los Trabajadores, y que salió de la ceremonia civil entre aplausos de los asistentes a la manifestación que se celebraba en la calle a esa hora y por tal motivo (el de las reivindicaciones laborales, no las matrimoniales). Un enlace original, más concurrido de lo previsto y sin arroz, pero con muchas palmadas, consignas y banderas al viento.
No todos descansan en fechas tan señaladas
No solo trabajan los oficiantes de bodas que se adaptan a las demandas de los contrayentes, también algunos obreros por cuenta ajena a los que la obligación le va en la nómina, y otros por cuenta propia que aprovechan el buen tiempo y la sucesión de dos jornadas festivas para repartirlas entre el negocio y el ocio. Por devoción, obligación o necesidad, siempre hay quien sirve a los que celebran asueto.